Desde las cárceles griegas al AS2 de Ferrara: Cuatro palabras en “libertad”. Entrevista de las CCF a mí mismo.
Antes de responder a vuestras preguntas quiero hacer hincapié que aquello que voy a decir, es mi verdad. Uno de los muchos puntos de vista, sensibilidades y matices individuales dentro de ese crisol de pensamiento y acción que va bajo el nombre de FAI-FRI. Federación informal que, rechazando cualquier tentación hegemónica, representa una herramienta, un método de una de las componentes del anarquismo de acción. Anarquismo de acción que sólo cuando se hace informal, no obligandose en estructuras organizativas (especificas, formales, de síntesis) cuando no esta a la asfisiante búsqueda de consenso (y por lo tanto, rechaza la política) se puede reconocer en un más amplio caótico universo que va bajo el nombre de “internacional negra”.
Para entendernos mejor la FAI-FRI es una metodogia de acción que sólo una parte de las hermanas y hermanos de la internacional negra práctican, no es una organización, ni aún menos una simple firma colectiva, sino una herramienta que tiende a la eficiencia, que tiene como objetivo aquello de fortalecer los nucleos y lxs singulares compañerxs de acción a través de un pacto de apoyo mutuo sobre tres puntos: solidaridad revolucionaria, campañas revolucionarias, comunicación entre los grupos/singulos individuos:
SOLIDARIDAD REVOLUCIONARIA: Cada grupo de acción de la FAI se compromete a dar su propria solidaridad revolucionaria a eventuales compañerxs arrestadxs o fugitivxs. La solidaridad se concretiza principalmente a través de la acción armada, ataque a estructuras y personas responsables de la detención del/la compañerx. No existe la posibilidad de la falta de solidaridad porque vendría a menos los princípios en los que el vivir y el sentir anárquico se basan. Por apoyo en la represión no se entiende, por supuesto, aquello de carácter de asistencia técnico/jurídico: la sociedad burguesa ofrece suficientes abogados, asistentes sociales o curas, para que lxs revolucionarixs puedan ocuparse de otras cosas.
CAMPAÑAS REVOLUCIONARIAS: Cada grupo o individuo una vez iniciada una campaña de luchar a través de la acción y consiguiente comunicado será seguido por otros grupos/individuos de la Federación Anarquista Informal segun los propios tiempos y modalidades. Cada individuo/grupo puede lanzar una campaña de lucha sobre objetivos particulares simplemente “promoviendo” el proyecto a través de una o más acciones acompañadas por la firma del singular grupo de acción a la que se agrega la llamada de la Federación en la sigla. Si una campaña no es compartida, si se considera necesario, la crítica se concretizara a través de las acciones/comunicados que ayudarán a corregir el tiro o a meterla en discursión.
COMUNICACION ENTRE LOS GRUPOS/INDIVIDUOS: Los grupos de acción de la Federación Anarquista Informal no están obligados a conocerse unxs a otrxs, no existe la nececesidad ya que de otra forma se peligraria de ofrecer un costado a la represión, al liderismo de los singulos y a la burocratización. La comunicación entre los grupos/individuos sucede esencialmente a través de las mismas acciones y a través de los canales informativos del movimiento sin la necesidad de conocimiento reciproco. (Tomado de la reivindicación del ataque a Prodi, en la época presidente de la Comisión Europea, 21 de diciembre de 2003, tomado de’ El dedo y la luna’. P. 15-16).
Este pacto de ayuda mutua de hecho salta a la asamblea, a sus líderes, los especialistas de la palabra, de la política y los mecanismos autoritarios que se activan incluso en ambitos anarquistas cuando la asamblea se convierte en un órgano decisional. Aquello que la internacional negra en los próximos años debería hacer es volver a hacer un nudo de aquel “hilo negro” que se habia roto desde hace tiempo. Un hilo que une el anarquismo de ayer que practicaba “la propaganda por el hecho”, hija del Congreso Internacional en Londres en 1881, a la anarquía de acción de hoy, informal, anti-organización, nihilista, anti-civilización, antisocial. Nicola y yo, unicos componentes del “núcleo Olga”, no conocemos de persona a los otros hermanos y hermanas de la FAI, conocerlxs significaría verlos encerradxs entre las cuatro paredes de una celda. Nos hemos convencido de la utilidad de la Fai-Fri gracias a las palabras (reivindicaciones) y a las acciones de los hermanos y hermanas que nos han precedido. Sus palabras siempre confirmadas por la acción nos han regalado la indispensable constancia sin la cual un cualquier proyecto se reduce, en la era del virtual en inútiles, esteriles palabras al viento. Necesitábamos una brújula para orientarnos, una herramienta para reconocer y quitar la mascara a aquellos que de la anarquia han hecho un gimnasio para habladores, un filtro para distinguir las palabras vacías de aquellas portadoras de realidad. Hemos encontrado en esta “nueva anarquía”, en sus reivindicaciones y en las consecuentes campañas revolucionarias, una perspectiva de ataque real que aumenta nuestras potencialidades destructivas, salvaguarda nuestra autonomia de individuos rebeldes y anarquistas y nos da la posibilidad de colaborar, de golpear juntos, sin conocernos directamente. Ningún tipo de coordinación puede ser incluido en nuestra proyectualidad. La “coordinación” necesariamente presupone el conocerse, el organizarse entre las hermanas y hermanos de los diferentes núcleos. Dicha coordinación mataría la autonomía de cada grupo e individuo/a. El grupo más “eficiente”, más preparado, más valiente, más carismático, inevitáblemente, llevaría la delantera reproduciendo los mismos mecanismos nocivos de la asamblea, a la larga se representarian los líderes, los ideólogos, los líderes carismáticos, se iría hacia la organización: la muerte misma de la libertad. Alguien podría contestar que incluso en un grupo de afinidad, en un núcleo Fai podría estar al acecho un líder carismático, un “jefe”. En nuestro caso, sin embargo, el daño sería limitado porque entre los núcleos no hay un conocimiento directo. La gangrena no se podría extender. Nuetro ser anti-organizadores nos preserva de este riesgo. Por esta razón debemos confiar en las “campañas revolucionarias” que excluyen conocerse entre los grupos e singulos individuxs matando así cualquier atisbo de organización. Nunca se debe confundir las campañas con la coordinación, esta es la informalidad, esta es la esencia, creo yo, de nuestra proyectualidad operativa. Que quede claro que cuando hablo de grupo de afinidad o grupo de acción puedo referirme a un solo individuo o a un grupo de afinidad numeroso. No hay que hacer una cuestión de números.
Es evidente que la singular acción viene planificada entre los varios componentes del grupo, en ese caso no se puede hablar de coordinación, nunca tal planificación debe extenderse a los otros grupos FAI-FRI. Fuera del propio grupo se debe “limitarse” a comunicar unicamente a través de las “campañas revolucionarias” y las consecuentes acciones. Nuestro conocimiento de la FAI-FRI debe quedarse siempre parcial, limitado a nuestros afines. De la FAI-FRI necesitamos saber solamente las zampadas, los rasguños, las heridas hechas al poder. Sería mortal crear algo monolítico o estructurado, cada uno de nosotros debe evitar malentendidos o fascinaciones hegemónicas. La organización limitaría enormemente nuestra perspectiva, revirtiendo el proceso desde el cualitativo al cuantitativo. En la acción de unx la voluntad de otrx se fortalece dando inspiración. Las campañas se expanden como una mancha de tinta. Miles de cabezas contra el poder enfurian, imposible cortarlas todas. Son propio estas acciones acompañadas por las palabras (reívindicaciones) a permitirnos a golpe seguro de excluir a los teóricos puros amantes de la palabra, dandonos la posibilidad de relacionarnos únicamente con quien vive en el mundo real, ensuciandose las manos, ariesgando en su propia piel. Esas palabras son las únicas que importan de verdad, las únicas que nos permiten crecer, de evolucionar. Las campañas revolucionarias son la herramienta más eficaz para incidir, hacer el mal donde más duele. Dándonos la posibilidad de difundirnos en el mundo como un virus portador de la revuelta y la anarquía.
CCF: para conocernos di algo sobre tu situación actual.
Alfredo: Hay poco que decir fuimos arrestados por las heridas en las piernas a Adinolfi, administrador delegado de Ansaldo Nucleare. Por la inexperiencia hemos cometido errores que nos han costado la detención: no hemos cubierto la matrícula de la moto que utilizamos para la acción, la hemos aparcado demasiado cerca del lugar del ataque y, sobre todo, no nos dimos CUENTA de una telecámara en un bar, grave error que hoy estamos pagando. Hemos reívindicado nuestra acción como nucleo “Olga FAI-FRI. Yo he sido condenado a 10 años y 8 meses, Nicola a 9 años y cuatro meses. En los próximos meses tendremos un juicio más por asociación subversiva. Esta es más o menos nuestra actual situación procesal.
CCF: Lxs presxs anarquistas y la prisión. ¿Cómo son vuetras condiciones en las secciones especiales, cómo se comportan los carceleros y cómo son vuestras relaciones con los otros prisioneros?
Alfredo: En Italia, a través de los circuitos de la alta seguridad, que implican muchas restricciones, el estado democrático nos quiere aislar, relegandonos en secciones completamente separadas del contexto general de la prisión. Es imposible cualquier contacto con los otros encarcelados, no tenemos la posibilidad de salir al patio abierto, sólo dos horas en un pequeño patio de cemento. La censura para mí y Nicola siempre ha sido renovada, así que con retrasos y dificultades recibimos el correo y los periódicos, las cosas particularmente interesantes para nosotros nos vienen secuestradas tanto en entrada como en salida. En este momento estamos encerrados en una AS2, alta vigilancia específica para los prisioneros anarquistas. La “relacion” entre nosotros y los carceleros es de indiferencia mutua y natural hostilidad. Qué más decir, desde mi punto de vista las protestas “civiles” dentro y fuera de la prisión son inútiles, la “vivisibilidad” dentro es simplemente una cuestión de relaciones de fuerza. De la cárcel se necesita salir, toca a quien está dentro hacerse capaz….
CCF: la anarquía para nosotros no es un partido, no tiene comisiones centrales sino una corriente de acciones, de conceptos, de valores. ¿Cuáles son las tensiones del movimiento anarquista en Italia ahora, cuáles son sus características, sus contradicciones, sus actividades?
Alfredo: Esta es una pregunta importante que necesita una respuesta articulada. Frecuento el movimiento anarquista desde finales de los años 80 del siglo pasado. En los últimos 20 años, muchas cosas han cambiado, muchas relaciones entre compañeros/as se han roto, muchas dinamicas tambien negativas se han puesto en marcha, dando a veces pesimos frutos y acentuando actitudes lideristicas y políticas, peró también perspectivas nuevas, una nueva generación fuera de las asambleas, fuera de los mecanismos de la política ha hecho oír su voz. Para responder a vuestra pregunta sobre la situación del movimiento anarquista italiano hoy tengo que dar un paso atrás. A menudo se piensa que el insurreccionalismo es un todo uno hecho formado por conceptos y teorías fijas en el tiempo en su rigidez “ideológica”. Una ideología con incluso (algo aberrante) su lider maximo y sus dogmas. Nada es inmutable en el tiempo. Las mujeres y los hombres a través de sus acciónes forjan las ideas. No son esos tres o cuatro compañeros/as conocidxs, con sus libros y artículos, a mostrar el camino ni mucho menos, las largas y no concluyentes asambleas, sino aquellos/as compañeros/as desconocidxs que con su práctica de ataque nos empujan hacia adelante, llevandonos hacia la vida. Fue propio a través de esta práctica que a finales de los años 90 los grupos que nos han precedido – Cooperativa Artesana Fuego y Afines (ocasionalmente espectacular), Brigada 20 de julio, células contra el capital, la prisión, sus carceleros y sus céldas, Solidaridad Internacional – metieron en discursion dos dogmas consolidados del asi llamado “insurreccionalismo”, el anonimato de las acciones y el predominio de la asamblea transformada en un órgano decisional. Dos puntos fijos que estaban arrastrando inexorablemente hacia una inercia letal.Dando continuidad y voz a la propia práctica a través de las reivindicaciones, saliendo de las cadenas asambleares y no poniendose más límites de comprensibilidad en el confronto de la “gente” y del resto del “movimiento” la anarquía vuelve a dar miedo. A fuerza de bombas y reivindicaciones estos grupos deshacen el dogma del anonimato de la acción, haciendo brecha en el silencio que nos había envuelto después de la hola represiva del proceso Marini, ostaculizando seriamente aquellas dinámicas que nos estaban arrastrando hacia un ciudadanismo que amenazaba con cancelar toda instancia violenta. Después de la aparición de estos grupos el termino insurreccionalista para muchos anarquistas tomo una connotación negativa, sobre todo cuando los periodistas comenzaron a utilizarlo como sinónimo de “terrorismo”. En ese momento, muchos hicieron un paso atrás argumentando que ciertos ataques “espectaculares” y las relativas reivindicaciones alejaban a la gente. Para comprender las divisiones al interno del anarquismo de acción,hoy, en Italia, es necesario, volver a los albores de la lucha en Val Susa contra la lata velocidad. En el 1998, después de las tragicas muertes de Baleno y Sole fueron muchas las apelaciones a la legitimidad democrática,a una justicia (justa), a un juicio equo, no sólo por eminentes representantes del “radicalismo” democrático, sino también por parte del movimiento anarquista.
Una gran parte de los anarquistas se empeño en una cruzada inocentista en los límites de la denigración. Sole y Baleno fueron representados como dos víctimas inocentes, dos pobres ingenuos atrapados en una historia más grande que ellos mismos. Después de la llegada de una docena de paquetes bomba dirigidos a algunos de los responsables de las muertes de los compañeros (acciones nunca reivindicadas) el movimiento anarquista casi al completo, por temor a futuras olas represivas, se distanció de tales prácticas, considerandolas en el mejor de los casos no “dignas” de anarquistas, en el peor de los casos como verdaderas y propias provocaciones policiales. Poquisimas las excepciones, que naturalmente se atrajeron las atenciónes de la judicatura en los años por venir. Desde entonces, la gran mayoría de los asi llamados “insurreccionalistas” fue abrumada de una desenfrenada cuanto suicida ganas de consenso, llevando a cabo una carrera imparable hacia la sociedad civil. Persiguiendo la quimera de la lucha social/popular, donde quiera que se presentaria, rebotando como peonzas locas desde los CIE,a Val Susa, a la ocupación de casas, a la lucha de los detenidos, aguando cada vez más las propias proyectualidades para parecer creíbles, fiables, realistas, acercándose cada vez más peligrosamente al ciudadanismo.
Una pequeña parte de ellos, años más tarde, dandose cuenta del feo resultado gradualista y político de las luchas sociales que estaban tomando, se encerró en la clasica torre de marfil pontificando contra todo y todos, sumergida hasta el cuello en un desesperado vacio práctico. Otros, en vez, experimentaron sin ningún límite todo su potencial vital, sin preocuparse de los sumos teóricos o de los grandes sistemas. Los más “lucidos” aspirantes al social por lo menos al principio trataron de replicar en Val Susa la experiencia de los ’80 contra la INSTALACIÓN de misiles en Comiso. Experiencia todavía pregonado como ejemplo concreto de metodología de intervención insurreccionalista en el territorio. En Comiso la proyectualidad habia efectivamente habido, aunque criticable por su contenido político-instrumental, una perspectiva insurreccional. La lucha intermedia, la expulsión de los estadounidenses y de sus misiles, debia hacer de chispa para una insurreccion generalizada en el corazón de Sicilia, como en la clásica tradición de la Banda de Matese. Ligas populares de ficción formadas por solo compañeros/as, discursos populistas a la gente para asustarla y empujarla a la revuelta, absurdos discursos a la población sobre posibles violaciones por parte de los soldados estadounidenses trataron de hacer palanca sobre el machismo italiota, haciendo de este intervento un fenómeno todo político, criticable desde mi punto de vista, pero aún así, hay que admitirlo, en una óptica insurreccional.
En Val Susa las cosas fueron de manera diferente, desde el principio el objetivo insurreccional fue rápidamente reemplazado por la simple lucha al Tav. La lucha intermedia se hizo principal, desde lo cualitativo se paso a lo cuantitativo, a contar a los manifestantes en las barricadas, a luchar al lado de los Alpinos (militares), bomberos, alcaldes, partidos políticos, perdiendo de vista el objetivo final: la destrucción del existente. La perspectiva insurrecciónal se había transformado en un más modesto, político, mejoramiento de lo existente. Una vez mas el “realismo” había borrado el potencial vital del anarquismo. Personalmente no critico a priori, de forma “ideológica” las así dichas luchas intermedias, aquello que crítico es el método con el cual se interviene,el ponerse como referente dando límites a la propia acción, inevitablemente se corre el riesgo de hacerse avanguardia. No haces más aquello que piensas que es correcto sino aquello que podría conducir a la gente a tu lado, haces política. Desde el momento en que te autoimpones límites por temor a no ser comprendido, eres de hecho, ya un sujeto político, entonces te conviertes en parte del problema, uno de los muchos tipos de cáncer que infecta nuestra existencia. No se necesita nunca moderar las propias palabras y acciones para que puedan ser digeridas por el pueblo, por la gente, de lo contrario se corre el riesgo de ser transformados, por el objetivo “intermedio” que se quiere alcanzar.
Leyendo hoy las viejas reivindicaciones de los grupos que después del 2000 darán vida a la Fai, me he dado cuenta de que con sus acciones han intervenido a menudo en las luchas intermedias, tratando de alcanzar objetivos parciales: abolición FIES, Cie, etc. Nunca mirando a un consenso generalizado, a un crecimiento cuantitativo. Siempre mirando a un crecimiento cualitativo de la acción, mayor destrucción, mayor reproducibilidad. La calidad de la vida de un anarquista es directamente proporcional al daño real que aporta al sistema mortal que lo oprime. Menos compromisos acepta, más fuertes, cristalinos se combierten sus sentimientos, sus pasiones, más lucido su odio, siempre afilado como una navaja de afeitar. Por desgracia la gran mayoría de los anarquistas actúa en base al CÓDIGO PENAL, muchas acciones no son puestas en práctica, simplemente porque se tiene miedo de las consecuencias. Deberiamos tomar conciencia que el peor destino para un anarquista no es la muerte o la cárcel, sino el ceder ante el miedo, a la resignación. Las acciones y los escritos de la internacional negra hacen que sea evidente para cualquiera el rechazo total de esta resignación, la fuerte vitalidad, la energía de un movimiento que hace de la calidad de la vida, del sentido de comunidad y solidaridad, de la lucha permanente, el centro del propia existencia. La muerte, la cárcel, ya han hecho su aparición en este camino, pero no nos ha derrotado. Nuestra fuerza es la plena conciencia de aquello que somos, total conciencia de que una vez derrotado el miedo, una vida llena, digna de ser vivida, se aplana delante, dure cuanto dure, es la intensidad lo que cuenta.
Volviendo a vuestra pregunta inicial sobre las tensiones, las características y las contradicciones del movimiento anarquista hoy en Italia, tengo que decir que es todavía muy fuerte el debate sobre el uso o menos de siglas y reivindicaciones. También en este caso, yo no haria un discurso “ideológico”, no tengo nada en contra de las acciones no reivindicadas, simplemente desde mi punto de vista tienden a desaparecer, no abren discursos, tienen un potencial de replicación mínimo. Por esto he hecho mia la metodología de la FAI-FRI.
Los “insurreccionalistas” aquí hacen al contrario un discurso “ideológico”. Quien reivindica con una sigla es un enemigo de vilipendiar. Quién los conoce sabe muy bien el porque de tal intransigencia, el comunicare a través de las reivindicaciones pone claramente en peligro su “poder”, su hegemonía teórica. Las acciones reivindicadas ponen al desnudo su nada práctico. A las espaldas el fracaso de una proyectualidad insurreccionalista que no consigue adaptarse a la realidad, delante doctos discursos o poco más. Como reacción a una realidad que les aplasta subentra el pánico, la rabia y el odio por todo lo que se mueve fuera de sus esquemas rígidos, fracasados. La componente principal del anarquismo de acción aquí en Italia, se compone de aquellos insurreccionalistas que han abrazado con indudable entusiasmo y sacrificio la tendencia social. A veces se “ensucian” las manos con la acción, pero siempre con la mirada puesta en la sociedad civil, siempre midiendo, con atencion toda política sus propios pasos. Partiendo de una proyectualidad insurreccionalista “clásica”, han llegado hoy al “ciudadanismo” revolucionario, milagros de realismo político.
Algunos años más y resultará difícil distinguirlos de los militantes de la Federación Anarquista Italiana, con los cuales cada vez más a menudo se acompañan en manifestaciones, desfiles y concentraciones. A menudo cantando a improbables Repúblicas libres, hacen dos pasos adelante, dos atrás, quedandose de hecho solo como figuras presenciales, pero siempre en buena, simpatica compañía.
El tercero en discordia, la asi llamada “variable loca” del anarquismo de acción en Italia, la FAI informal y todavia antes todos esos grupos que la han generado: Células metropolitanas, Revuelta anónima terrible, Nucleo revolucionarios Fantazzini, Células contra el capital, la carcel y sus carceleros y sus céldas, Solidaridad Internacional, Hermanas en armas, núcleo Mauricio Morales, brigada 20 de julio, Células armadas por la solidaridad internacional, Revuelta animal, Célula revolucionaria Lambros Fountas, Célula Damiano Bolano, Individualidades subversivas anticivilización, Conspiración Fuego negro y Nicola y yo del núcleo Olga. Un Centenar y más de acciones repartidas en un arco de 20 años. En aquellos años he asistído como espectador al pánico de los anarquistas de toda “corriente”. Quién aterrorizado por la represión y de la semejanza del acrónimo a su federación. Quién impresionado (y así lo era yo) porque no entendía lo que estaba pasando, lo que se estaba cocinando. Como reacción llovieron las acusaciones más infames: servicios secretos, autoritarismo. Los más zorros ignoraron el fenómeno esperando en una veloz salida, pero cuando el virus de la FAI-FRI, gracias a vosotros Ccf, se difunde por medio mundo, calleron y continuan a caer ríos de palabras por parte de “anónimos” censores de las ortodoxia: “Archipiélago”, “Carta a la galaxia anarquista”, ríos de palabras nunca seguidos de hechos, por lo menos aquí en Italia.
CCF: En tus escritos cuando hablas de poder, te refieres únicamente al poder del estado o tambien al poder difundido en la sociedad y en sus estructuras?
Alfredo: Cuando hablo de poder me refiero a todos sus aspectos, aquellos más evidentes y aquellos más subdolos, más ocultos. El poder se infiltra por todas partes en las relaciones entre compañeros/as, en nuestros amores, en las relaciones afectivas y de amistad. Por este motivo creo primario búscar un nuevo modo de proyectar, de vivir las propias pasiones, de interactuar entre nosotros, para aumentar la calidad de nuestra accion, de nuestra vida, de nuestro ser en primer lugar rebeldes. Continuo a pensar que la sociedad exista sólo bajo el signo de dominantes y dominados. Aún mejor entre dominantes y aquellos que se dejan dominar. Hay seguramente de las responsabilidades repartidas, estos dos sujetos sociales contribuyen a la limitación de mi libertad, de mi felicidad. El ciudadano democrático como un buen siervo teme y respeta al poder, mendiga su atención, consolida las cadenas que nos atan las muñecas. Esto no significa que las responsabilidades no son las mismas, hay una gradación. Entre un hombre y una mujer de poder, un rico, un gerente, un empresario, un político, un científico, un tecnócrata y un “simple” ciudadano, empleado, obrero, que respalda con su propia vida tranquila, con su propio consentimiento, con su propio voto el status quo, yo golpeo sin dudarlo a los primeros. Esto no quita nada el desprecio que siento hacia la “servidumbre voluntaria”, de los resignados, si el “buen” ciudadano se interpondria entre yo y la libertad no dudaría en actuar en consecuencia. Por aquel poco de experiencia que tengo puedo decir que la gente, el pueblo, los escluidos, los oprimidos, son mucho mejor de aquello que nuestras gafas ”ideológicas” nos hacen ver. No lucho por los resignados sino por mi misma libertad, por mi propia felicidad. único referente posible mi “comunidad”. Mi concepto de “comunidad” es la antítesis respecto al concepto abarcador, autoritaria, abstracto de “sociedad”. Mi ser participe de una “comunidad” nihilista, anarquista, anti-civilización, totalmente otra, en lucha permanente contra el existente, me obliga a declarar cada día la guerra a la “sociedad”. No quiero recoger consensos, sino fortalecer a través de la acción violenta las relaciones de solidaridad verdadera con mis hermanos y hermanas.
La internacional negra es mi “comunidad” extendida por todo el mundo, compañerxs de viaje que comparten mi necesidad de atacar sin vacilar, sin conocerse, en las diferencias somos una cosa sola, un puño cerrado, un puñetazo en el estómago de la “sociedad”: “combinar el hielo de la estrategia con el fuego de la accion aquí y ahora, la intensidad con la duración, con el directo fin de destruir el aparato social por la liberación de nuestras vidas” (CCF- convirtamonos en peligrosos). En la lucha nuevas ideas han florecido como semillas en el viento transportadas lejano a través del fuego de la acción, intuiciones, han nacido estrategias impensables antes. En una sociedad moderna, cuyos términos como sociedad y poder señalan su sinonimia, siento la necesidad de nuevos significados, de nuevas palabras para expresar mi continuada “nueva anarquia”. Utilizar palabras nuevas, porque las viejas me estan ristrectas. Nuevos significados para una proyectualidad totalmente otra. Las mismas palabras en latitudes diferentes pueden representar conceptos muy diferentes. La asi llamada “organización informal”, al menos como ha sido teorizada al final de los últimos años ’70 y principio de los ’80 en Italia esta bien lejos de la informalidad de la FAI-FRI. Según los insurreccionalistas italianos la organización informal debia fundarse principalmente sobre el instrumento asamblear y sobre la creación de comités de base y ligas autogestionadas. Donde los anarquistas como una verdadera y propia minoría real, después de haber contribuido a su creación a través de redes, contactos, afinidad tendrían que buscar de orientar el “movimiento real” hacia salidas insurreccioanales. El campo de batalla de esta estrategia insurreccioanlista: la “lucha intermedia”. Los ejemplos “concretos” que vienen hechos son siempre los mismos: la mencionada Comiso y la huelga salvaje de los trabajadores ferroviarios de Turín en 1978 (??).
Con un poco de vergüenza, recuerdo, fui testigo delante de los jueces en el proceso Marini, a la explicacionada por parte de un compañero de la diferencia entre la metodología insurreccionalista y la concepcion de banda armada de Acción Revolucionaria (organización armada anarquista-comunista de los años ’70) todos esto para poner en relieve las distancias con la “lucha armatistas” sutilezas de un cierto insurreccionalismo “noble” del cual no me siento para nada hijo. Hoy en día ciertas estrategias hacen su reaparición entre los anarquistas, aquí en Italia en el juicio no Tav con la adición del peligroso corolario de simpatías por parte de magistrados democráticos y intelectuales de izquierdas. Sociedad civil acogida con los brazos abiertos, para contrarrestar el temor que sigue a la represión. Nada podría estar más lejos de la concepción antisocial, anti-organizativa, nihilista, esquisitamente anarquista, de la FAI-FRI. Por esto cuando hablo de la FAI no hago referencia a la organización informal, sino a una diferente metodología de acción. Ciertas palabras estan superadas, palabras como “organización” prefiero no usarlas porque no nos representan, son otra cosa de nosotros. Cómo son otra cosa de nosotros poder y sociedad, con todo su corolario de abominaciones y monstruosidades.
CCF: Una gran parte del movimiento anarquista tanto en la práctica cuanto en la teoría se oponen al estado y las instituciones, per no hacen lo mismo contra la civilización y la tecnología. De hecho, son muchos aquellos que imaginan fábricas autoorganizadas y un “gobierno anarquista” de nuestras vidas. ¿Cuál es tu opinión sobre la tecnología y la civilización?.
Alfredo: todavía hoy la visión del anarquismo del ochocientos cientifico, positivista, es aquel dominante. Todavía hay quienes, en el 2014, se pone el absurdo “problema” de lo que hacer el día después de la revolución. Cómo gestionar la producción, cómo hacer frente a las inevitables carestías, como autogestionar las fábricas, cómo ajustar las futuras relaciones sociales. Si yo meto en el centro de mi acción el contraste a la civilización y a la tecnología, el concepto de revolución tal como se entendía hace un siglo viene de hecho metido de parte. Meter en cuestionamiento toda la civilización, presupone una destrucción total, apocalíptica, utópica, irrealizable. La revolución, con su “simple” realizable inversión de las relaciones sociales es pues poca cosa, un inútil paliativo porque creador de una nueva civilización.
Declarando la guerra a la civilización cubrimos la necesidad de vivir no fuera (cosa imposible, la civilización no se abandona nunca, nos la llevamos siempre detrás), sino en contra de ella. Creando comunidades en guerra permanente con la sociedad construimos momentos de felicidad, vivimos destellos de intensa alegría en nuestras vidas. La revolución es una herramienta insuficiente, con su político, concreto, “realismo”, incluso en su variante libertaria, con su comúnas autogestionadas, con su administración-gobierno del mundo, con su inevitable creación de status-quo: rompe alas, destroza esperanzas, crear nuevas cadenas. La revuelta, con sus infinita carga de ruptura, con su falta de perspectivas, con su negación absoluta de la política: realiza esperanzas, romper cadenas. La mujer y el hombre en revuelta destruyen cadenas sin querer construir otras, basta esto para llenar de aventura y felicidad cualquier existencia.
CCF: ¿Qué piensas de la red internacional del ALF y ELF? ¿Hay perspectivas de conexión con la FAI?
Alfredo: Para los compañeros, que como yo se han formado en las luchas de los años ‘90 en Italia ha sido muy importante la contribución que los grupos de acción del ALF y luego del Elf con su red internacional han dado al imaginario revolucionario, anarquista y al modo de organizarse en grupos de afinidad. La loro perspectiva ecologista, animalista ha cambiato la visión de muchos anarquistas. En Italia su propensión al grupo de afinidad fue recogida por los insurreccionalistas con entusiasmo come ejemplo concreto di organización informal. Las primeras acciones ALF en Italia estaban estrectamente ligadas a una visión anarquista. Con el tiempo la perspectiva anarquista ha ido aflojandose. La unica objeción que me siento hoy de hacer a ellos es sobre la contraridad que tienen a golpear a las personas. Incluso si se que ha habido grandes debates, esta posición suya sinceramente no consigo entenderla. Entiendo y condivido más la violencia demostrada por las ITS mexicanas, su concepción anti-civilizadora, salvaje, anti-ideológica. En cuanto a las conexiones entre la FAI-FRI y el ELF y ALF están fuera de toda duda, un hecho del que sólo hay que tomar nota, basta leer las reivindicaciones del ELF-FAI-FRI rusa y del ALF-FAI mexicana.
A riesgo de ser repetitivo no puedo que reiterar que la FAI-FRI es una metodología, un método, firmar así quiere decir invitar a otros grupos FAI-FRI esparcidos por todo el mundo a unirse a una propia campaña de lucha, aumentar la propia fuerza, hacer rebotar de una parte del mundo a otra nuestras acciones. Hacer más eficaz y destructiva la propia acción . Nada más y nada menos. Las hermanas y los hermanos de la del ALF y del ELF que han firmado FAI-FRI se han unido a esta metodología, sin renunciar en algun modo a su historia. No jugamos al Risiko, la FAI-FRI no es una organización que engloba siglas esparcidas por el mundo. Se participa a la FAI solo en el momento se actúa y golpea reivindicando FAI, despues cada uno vuelve a sus propios proyectos, a la propia perspectiva individual, dentro de una internacional negra comprendida de una multitud de prácticas todas agresivas y violentas. Me he después convencído (tal vez me equivoco) que los hermanos y hermanas del ALF y ELF que han firmado Fai, lo hicieron para remarcar su ser anarquistas, su decisión de adhesión a la proyectualidad anarquista, a la que yo llamo la “nueva anarquía”, para tomar las distancias de aquel ecologismo que basa todo sobre la empatía, sobre la piedad.
CCF: ahora la Fai es una red internacional anarquistas de acción, con docenas de células en muchos países de todo el mundo. El comienzo de esta aventura fue en 2003 en Italia, con una carta abierta de la Fai al movimiento antiautoritario. Si quieres, dínos brevemente cómo ves la evolución de la Fai y cuales son ahora sus puntos de riferimento.
Alfredo: cuando en el lejano 2003, leí “Carta abierta al movimiento anarquista y antiautoritario”, firmado por la cooperativa artesana fuego y afines (ocasionalmente espectacular), Brigada 20 de julio, Células contra el capital, la Cárcel, y sus carceleros y sus céldas, Solidaridad internacional, me quedé muy impresionado. Muchos leyeron este escrito únicamente como una divertida provocación al viejo dogmático anarquismo de la Federación Anarquista Italiana. Incluso hoy en día, compañeros dignos como Gustavo Rodríguez sostienen esta tesis en sus escritos, mal informados por anarquistas italianos que nada saben y que mucho han hecho desde el principio para obstaculizar esta nueva tendencia de la anarquía. Abro un breve paréntesis, los escritos de Rodríguez que reguardan la internacional negra son en mi opinión impresionantes, algunos puntos por el aprofundidos nos abren nuevas perspectivas. Dicho esto, yo, desde el principio tomé muy en serio la elección del acrónimo Fai, no viendolo unicamente un ataque a la vieja federación formal, sino una proyectualidad nueva. Aunque siendo en la época lejano de esa perspectiva empecé entonces aquel lento proceso que me llevó en el 2012 a actuar como núcleo Olga de la FAI-FRI. Releyendo hoy “Carta abierta al movimiento anarquista y antiautoritario” me doy cuenta de lo mucho que se ha hecho, de cuanto ha evolucionado este concepto de la anarquía, y de cuanto sigue continuando a evolucionar:
“FEDERACIÓN porque amamos la sensación de ramificación esparcida y horizontal: federación de grupos o individuos, hombres y mujeres, libres e iguales acomunados por las prácticas de ataque al dominio, conscientes del valor de la ayuda mutua y de la solidaridad revolucionaria como herramientas de liberación. Entendemos la federación como RELACIONES ESTABLES en el tiempo, pero al mismo tiempo fluidos, en constante evolución, gracias al aparato de ideas y prácticas de los nuevos grupos o individuos que decidirán de hacer parte. Pensamos a una organización no democrática: sin asambleas plenarias, representantes, delegados o comites, sin todos esos órganos que favorecen la aparición de líderes, el emerger de figuras carismáticas, producto de la práctica misma (reivindicación de las acciones) y de la difusión de las teorías tramite las herramientas informativas del movimiento, en sintesis en la eliminación de la asamblea reemplazada por el debate horizontal, anónimo entre grupos/individuos que se comunican a través de la práctica misma. La federación es nuestra fuerza, la fuerza de los grupos/individuos que se ayudan en la acción a través de un pacto de apoyo mutuo bien definido. ANARQUISTA porque queremos la destrucción del Estado y del capital para vivir en un mundo donde “domine” la libertad y la autogestión, donde sea posible cualquier tipo de experimentación social que no comporte la explotación del hombre sobre el hombre y del hombre sobre la naturaleza. Radicalmente contrarios a cualquier tipo de cáncer marxista, sirena encantadora que incita a la liberación de los oprimidos pero en realidad máquina encantadora que aplasta la posibilidad de una sociedad liberada para reemplazar un dominación con otra. INFORMAL no teniendo ningún tipo de concepción de vanguardia y no sintiendonos incluso parte de una iluminada minoría ilustrada, sino simplemente queriendo vivir ahora y enseguida nuestro anarquismo, hemos considerado la organización informal, osea la informalidad, la única herramienta organizativa que nos podría garantizar de mecanismos autoritarios y burocratizantes manteniendo nuestra independencia como grupos/individuos, y garantíendonos un cierto margen de resistencia y continuidad en el confronto del poder. La Federación Anarquista Informal, aun metiendo en práctica la lucha armada rechaza el concepto que se basa sobre monolíticas organizaciones, estructuradas de forma “clásica”: bases, regulares-irregulares, clandestinidad, columnas, cuadros dirigentes, enormes necesidades de dinero. Estructuras en nuestra opinión facilmente atacables por el poder: es suficiente el clásico infiltrado o informante para hacer caer como un castillo de cartas toda la organización o una gran parte de esta. Diferentemente en una organización informal formada por 1000 individuos o grupos que no se conocen entre sí ( más que todo se reconocen a través de las acciones realizadas y el pacto de ayuda mútua que los une) desafortunados casos de infiltración o denuncia queda relegados al singular grupo, sin expanderse. Además, quién forma parte de la Federación Anarquista Informal es militante a todos los efectos sólo en el momento concreto de la acción y de su preparación, no invierte toda la vida y proyectualidad de los compañeros, esto permite de meter definitívamente en el ático cualquier especialismo lucha armatista. Una vez radicados el poder encontrará enormes difícultades para destruirnos. ( De la reivindicación del atentado a Prodi, en la epoca presidente de la Comisión Europea- 21 de diciembre 2003-tomado de El dedo y la luna -p.14-15).
La fuerza vital de la FAI-FRI es su constante renovación, su estimulante evolución. Hoy la necesidad de superamiento de viejos conceptos como “organización”, “sociedad liberada”, “revolución” se hace más urgente que nunca. Otros conceptos como “federalismo”, “informalidad”, “ayuda mutua”, debate horizontal-anónimo entre grupos/individuos a través de la práctica”,”rechazo de las asambleas plenarias” mantienen su plena fuerza quedando los pilares sobre los que fundar nuestra proyectualidad. Los anarquistas de acción de la FAI desde aquel 2003 se han dado nuevas perspectivas, han desarrollado nuevas conexiones. Haciendo caso omiso de los delirios vacios de los teóricos puros de la insurrección, contra cualquier ”realismo” político han hecho en modo de que conceptos como el nihilismo, lucha antisocial harían hecho su reaparición más vital que nunca. El cerebro de la FAI-FRI es este contínuo caótico debatir de mujeres y hombres a través de la acción. Palabras y perspectivas nuovas vendrán para describir caminos nuevos que hoy ni siquiera imaginamos, palabras que a su vez serán superadas por conceptos aún más eficaces y perturbadores porque provados en la acción.
Una experimentación continua de revuelta, nada de establecido, nada de inmutable en el tiempo, el único punto fijo el insaciable deseo de libertad y la continua tensión a la anarquía. Nicola y yo con la acción contra Adinolfi (aunque con retraso) hemos adherido a esta proyectualidad, dando nuentra contribución anti-civilización y antitecnológico a la FAI-FRI Interesantes contribuciones sobre la misma línea de la FAI Inglésa y de aquella mexicana y chilena. Tener también en cuenta que las noticias que recibimos en la cárcel son pocas y censuradas, así que el conocimiento de lo que sucede fuera de aquí es muy limitado. Fue la evolución emprendida por vosotros, CCF, a la internacionalización de la FAI a imprimir aquella aceleración que ha hecho nacer en paralelo el concepto de “internacional negra”. El punto de referencia de la metodología Fai-fri no puede ser otra cosa que esta “internacional”, con todo su universo de acciones reivindicadas o no, de disturbios, barricadas y asaltos violentos. La “nueva” perspectiva nihilista con todo su potencial anti-organización es el mayor fruto de este diálogo a través de las acciones. Un rol importante, vital, tienen después aquellos que a través de la acción, no las palabrerias, critican nuestra metodología metiendo en enfasis el riesgo que siempre corremos, que todo se reduzca a una sigla. Para evitar este riesgo, debemos desarrollar de mayor forma las “campañas revolucionarias”, que demasiado a menudo se quedan sin escuchar por los demás grupos FAI-FRI, otras veces ( espero más a menudo) nos sorprenden, una por todas la operación “Fenice”, iniciada en Grecia y extendida por medio mundo.
CCF: El anarco-nihilismo es quizás la tendencia más difamada de la anarquía, tanto por los anarquistas “oficiales”, como por la propaganda estatal. ¿Cuál es tu posición sobre el anarco-nihilismo y sobre las críticas que recibe?
Alfredo: Por nihilismo yo entiendo la voluntad de vivir en seguida, ahora, la propia anarquía, dejando a un lado la espera por una futura revolución. Vivir la anarquía quiere decir luchar, armarse, entrar en conflicto con el existente sin esperar. Sólo en este conflicto se puede saborear la plena felicidad con sus siempre presentes relaciones, complicidades, amores, amistades, odios. No existe otro modo para mí de vivir con satisfacción y plenitud el presente, la vida. En este nihilismo se realiza mi anarquía, real, concreta, hoy, ahora mismo. El nihilista destruye, no construye nada, porque nada quiere construir. Una revolución inevitablemente crearía otras cadenas, una nueva autoridad, una nueva tecnología, una nueva civilización. La anti-civilización sólo puede ser nihilista porque es en la destrucción de la sociedad que esta nueva anarquía se realiza. Destruir no porque la voluntad de destrucción es también voluntad creadora, sino porque nada queremos costruir más.Destruir porque no hay futuro en la civilización. No me sorprende en absoluto que el nihilismo es la “tendencia” anárquista más denostada por los propios anarquistas. En su despiadada concreción nos quita el final feliz de la favola de hadas de las buenas noches (la futura revolución) obligandonos a la acción, aquí y ahora, dando miedo a aquellos que, acobardados, están siempre dispuestos a posponer la pelea. Mi nihilismo va de la mano con la vida, con la acción, rechaza el superhombre, nada que ver con el individualismo charlatán del siglo pasado o de la actualidad. Mucho en común con la anarquia individualista y antiorganizadora de los hombres como Novatore, Di Giovanni, Galleani.
CCF: Cómo anarquista nihilista aceptas la idea de que “la sociedad de masas hará su revolución cuando las condiciones maduren?”
Alfredo: cómo anarquista nihilista estoy claramente en contra de cualquier visión determinista del anarquismo, contra cualquier anarquismo “cientifico”. No pienso que la historia nos lleve de la mano hacia la anarquía, al contrario pienso que nuestro destino sea siempre el de ir contra corriente. La sociedad se basara siempre sobre algún tipo o forma de esclavitud. La sola idea de que algún día realizaremos la “sociedad perfecta” me aterra, la anarquía se convertiría en un regimen. La utopía se haría distopía. Prefiero tender a la anarquía y en esta mia tensión constante realizar mi propia felicidad. Las condiciones maduran cuando la voluntad vence el miedo, las condiciones estan siempre maduras para un gesto de revuelta. Tanto mejor si despues la revuelta se hace comunidad a través de la complicidad con otras individualidades, en este caso nuestra fuerza se multiplica por cien y en proporción también nuestro placer crece. Sólo las mujeres y los hombres de acción pueden comprender las reales potencialidades de nuestra voluntad, cosas en apariéncia imposibles vienen realizadas, acciones desesperadas se convierten en ejemplo fortalecimiento otras voluntades. Un anarquista sin coraje es un anarquista sin voluntad, sabe lo que es justo pero no tiene la fuerza de confirmarlo con los hechos, se queda a mirar, al maximo habla, escribe. Es el más desgraciado de los seres.
CCF: ¿Cuál es tu opinión sobre las estructuras anarquistas formales (por ejemplo las federaciones)las cuales mutilan su práctica y teoría en nombre de su masividad y de la aceptación social?
Alfredo: Las estructuras formales tienen una cabeza – los líderes – brazos – los militantes-, piernas – las comisiones de correspondencia- . La informalidad de la FAI-FRI tiene en el individuo su cabeza en los grupos de afinidad sus brazos y en la acción violenta sus piernas. No debemos pensar, sin embargo, que el grupo de afinidad sea una exclusiva de las estructuras informales, son muchos los ejemplos de organizaciones anarquistas formales que basan su acciones sobre los grupos de afinidad: la FAI española antes del 1936, Las FIJL con sus grupos de acción, tras la victoria de Franco, ect. En todos estos casos, sin embargo, había una coordinación, una línea de respetar, una dirección política, la libertad individual era limitada. El rasgo distintivo de la informalidad de la FAI-FRI es la total falta de organización, dirección, coordinación. La total autonomía de cada grupo de afinidad o singular individuo. A la organización se sustituye el diálogo a través de acciones, como motor no más la sociedad sino la propia comunidad en lucha. La así llamada “organización” informal como ha sido teorizada en Italia prevee, quiera o no, una dirección, expertos de la informalidad que conducirán las asambleas, direccionando de forma indirecta a los grupos de afinidad.
El más sabio, el más bravo a hablar, el más carismático tiene la posibilidad de imponerse a los demás. La “jerarquía” que se forma a través de esta “informalidad” es la más sutil y difícil de erradicar porque es invisible. La estrategia insurrecciónal informal “clásica” prevee el relacionarse con organizaciones específicas, ligas, comités populares, ya que en su perspectiva está la revolución, el crecimiento cuantitativo. Perspectiva que falta a la FAI-FRI en su tendencia antisocial, anti-civilizadora, en nosotros no hay política, compromiso, acomodamiento, de esta manera no corremos el riesgo de convertirnos en la clase dirigente. No soportaría de ser parte de una organización porque mi libertad individual sería limitada. Luego está el discurso de la represión, mucho más fácil es desmantelar una organización que 10-100-1000 singulares individuos y grupos de afinidad que entre ellos no se conocen, pero esto es secundario.
CCF: Hoy en Grecia algunas ocupaciones anarquistas en vez de construir puntos de encuentro para nuevos compañeros con la intención de actuar, se presentan como una alternativa a los centros culturales. ¿Cual es la situación en Italia y tu opinión sobre las ocupaciones?
Alfredo: Nunca he tenido una gran simpatía por aquellos que en Italia son llamados centros sociales. En los años 90 los sitios ocupados por nosotros se definian “ni centros ni sociales”, nos presentabamos de manera lúdica, existencial, individualista, no teníamos una perspectiva social, comunicativa con el barrio que vivia alrededor de nosotros, miravamos principalmente a la calidad de nuestras vidas, de nuestras relaciones, criticavamos fuertemente la “militancia”. Tal vez por esto algunos de nosotros, sin importarles la comunicación, expresaban una fuerte violencia contra el sistema. Creo que la ocupación, el squat, crea conflictualidad, complicidad y acciones puede llegar a ser un lugar maravilloso para vivir la conflictualidad con el resto del mundo. También debo decir la verdad, en los últimos años los he frecuentado muy poco y mis complicidades las he buscado en otras partes.
CCF: Cada anarquista de acción anarquista se debate en el dilema entre la actividad publica o la ilegal. ¿Cuál es tu posición?
Alfredo: Estoy convencido de que las únicas acciones que inciden de verdad sean aquellas ilegales. Y sólo a través del ilegalismo que se puede vivir la anarquía. Esto no resta la importancia de los periódicos, libros, folletos, manifestaciones, ocupaciones, pero la prioridad, la actividad insustituible, sin falta para un anarquista no puede ser que la confrontación directa con el sistema, la acción violenta. El sistema lo sabe bien, en democracia, te dejarán decir lo que quieras, los verdaderos problemas vienen cuando pones en práctica lo que dices. No me encuentro de acuerdo con lxs compañerxs que dicen que cualquier práctica tiene la misma dignidad, la acción violenta tiene más que las demas. Al diablo los riesgos de la especialización, sobre todo cuando la única especialización en circulación es aquella de la pluma.
CCF:. En algunos países europeos hay una tensión conocida como anonimato-politico.Los partidarios ideológico del anonimato sostienen que las “reivindicaciones y los acrónimos como la fai crean la propiedad de la acción” Nosotros CCF pensamos que nuestras acciones determinan a nosotros mismos y la reivindicaciones no es un título de propiedad, sino un acto de guerra. Que piensas tu?
Alfredo: La falta de siglas, de reivindicaciones no basta para protegernos del riesgo de autoritarismo y de vanguardia. Los compañeros/as de la “carta a la galaxia anarquista” Nos acusan de tener una voluntad hegemónica, de ser una organización, una de las muchas federaciones anarquistas. Como los jueces que nos han condenado, ven en nosotros una organización, un seudo partido armado. Convencidos de que nuestro objetivo es el reconocimiento por parte del estado, hacen de nosotros una caricatura de la lucha armatista. A esta “ingeniosa” y “granítica” convicción suya hacen seguir otras más propositivas y optimistas: la convicción que como por magia es suficiente no reivindicar para hacer de una acción reproducible, patrimonio de “todos”; que no dandose un nombre y una sigla automáticamente se salga de una perspectiva política; que quien comunica a través de las herramientas que el “movimiento” se ha dado – asambleas, conferencias, diarios, revistas, paginas web – no incurren en mecanismos lideristicos autoritarios y en especialismos de cual quier forma – y la guinda del pastel – que no reivindicando en los tribunales tengan dificultades para reprimirnos. Digamos que estos puntos fijos son la columna vertebral del insurreccionalismo social “clásico”, como se ha difundido en Italia, Francia, Bélgica… con sus altibajos, éxitos y fracasos. Vamos a dejar todas las tontas acusaciones que esta “corriente” del anarquismo informal, en su componente italiana a dirigió a la FAI-FRI (?) Acusación a la práctica de los paquetes bomba considerados abyectos (??); acusaciones de querer la hegemonía del movimiento y de oscurar las acciones anónimas (??), la acusación de ser una organización, un partido (??) y, para terminar, la acusación de ser una vanguardia. La misma mierda que la FAI formal nos mete desde hace 12 años a esta parte. Insultos que no facilitan ciertamente una discusión equilibrada y que no me sorprenden mucho, dados los precedentes. Los mismas compañeros/as sostenian hace algunos años que los que ponen en práctica el secuestro de una persona no era digno de ser llamado anarquista (??), para luego enojarse si anarquistas en un exceso de pánico con sus “puntos sobre la ies…” toman las distancias de nuestro (mio y de Nicola) disparo a Génova.
Me resulta difícil relacionarme con estos compañeros/as, no tanto por los insultos, sino porque tales declaraciones de intenciones aquí en Italia, hago hincapié, aquí en Italia, están acompañadas por más de 15 años de muchisima teoría y muy poca práctica, por no hablar de la nulidad absoluta y sería hipócrita por parte de ellos fingir que no sea así. En Bélgica, donde esta visión de la informalidad mueve concretamente sus pasos, los hechos son claros e incluso, por desgracia, las respuestas represivas por parte del poder. Por cuanto puedan decir los defensores del anonimato ninguna teoría nos puede dar la certeza de la impunidad, sobre todo cuando la acción de simbólica se vuelve destructiva. No va a ser ciertamente el rechazo de un acrónimo, el anonimato de una acción a hacernos inmunes a la represión y a veces ni siquiera es suficiente la así llamada “inocencia”. Y luego, digo la verdad, aquellos que actúan con el código penal en la mano me han siempre dado un cierto disgusto. Mi enfoque a la acción reivindicada o no es pragmático, no la hago una cuestión ideológica de principios, sino de eficiencia y concreteza. Lo mismo, en determinados casos, podría llevarme a no reivindicar, la FAI-FRI es una herramienta muy eficaz desde mi punto de vista, sólo una herramienta, una de las herramientas que mi comunidad, la internacional negra, adopta en su guerra contra la sociedad, a la civilización. Dicho esto, he adoptado el método de la FAI-FRI, ya que contrario a cualquier organización, para evitar de ser sumiso a ningún tipo de liderazgo, para saltar, con la comunicación a través de las reivindicaciones, todos los mecanismos en riesgo de autoritarismo como asambleas, ligas, nucleos de base, comités, movimientos, para preservar mi anonimato y sobre todo para fortalecer mi potencial destructivo a través de las campañas revolucionarias, sin limitar mi libertad individual. No conociendo directamente a los otros hermanos y hermanas de la FAI-FRI, el carisma, el saber hacer encuentran grandes impedimentos a imponerse, limitando así notablemente los riesgos para nuestra libertad. Sólo los hechos hablan, sólo la acción hija de la voluntad cuenta. En el insurreccionalismo “clásico”, a la cara del anonimato todos conocen a todos, las ideas, los conceptos se desarrollan dentro de las asambleas, dando demasiado perjudicial espacio a los inevitables especialistas de la teoría, de la ideología. Saltando las asambleas plenarias, comunicando sólo a través de las acciones la FAI-FRI nos permite de no perder un tiempo precioso discutiendo durante horas de los máximos sistemas con personas que nunca se han manchado las manos con la acción y que nunca se las mancharán. Permitiendonos en último analisis de cortar fuera de nuestras vidas quien no mete en practica aquello que dice. Hoy siento la necesidad de que las energías que pongo en la acción florezcan, se reproduzcan, que construyan, rebotando de una parte a otra del mundo, nuevos caminos.
Con las reivindicaciones las acciones se hablan, se difunden, aumentan su virulencia. La práctica de la así llamada anonimicidad de la acción no me satisface del todo, por cuanto es respetable y agradable, no fortalece nuestra acción, no abre discursos, a la larga cansa, limitandonos, dispersandonos, aislandonos. Reduce enormemente la reproducibilidad del gesto que si no va acompañado de palabras se va a apagar. El anonimato de la acción en una perspectiva social tiene un sentido de camuflaje. Se quiere convencer a la gente, se busca el consenso para hacer la revolución, fingimos ser ”gente” para hacer combertir la propia acción patrimonio de “todos”, porque no habiendo sido reivindicada “cualquiera” podría haberla hecho. En este caso, un sentido fuerte la acción reivindicada la tiene, un sentido todo politico, social un sentido que corre el peligro de hacer de nostros una de las muchas vanguardias sobre la plaza. Naturalmente, esto no podrá nunca ser mi sentido, porque rechazo en su totalidad una perspectiva social en mi actuar. El anonimato de la acción en una perspectiva antisocial encuentra su sentido en el placer lúdico que se prueba a hacer sangrar aquello que nos destruye, aquella inmensa satisfacción en el hacer aquello que debe ser hecho, simplemente porque es justo. No es poca cosa, esta perspectiva egoísta es una parte del arsenal antisocial de las prácticas de la internacional negra. Ha sido mi práctica en el pasado, podría volver a ser la mia en el futuro, pero hoy la FAI-FRI es mi perspectiva sobre el mundo. El discurso de afrontar hoy no es entre reivindicar o menos las acciones, entre usar o menos un acronimo, sino entre la concepción político-social del anarquismo o concepción nihilista antisocial de la anarquía. Una elección crucial entre el anarquismo y la anarquía, revolución o revuelta, vieja o nueva anarquía, una elección crucial y inevitable. El discurso anticivilizador no puede existir en un optica social, tanto cuanto no puede existir un discurso anti-tecnológico en una optica social. Sociedad, civilización, tecnología, no pueden hacer uno sin la otra. Históricamente, solo los partidos con su armamentario autoritario y jerárquico, han hecho la revolución.
No hay nada más autoritario que una revolución, nada más anárquista que la revuelta. La revolución estructura, organiza, se hacer civilización, progreso. La revuelta desestructura, no tiene futuro, vive en el presente, suspende nuestras existencias en un eterno “aquí y ahora” no sácia nunca nuestros deseos empujase siempre más adelante, a la continua búsqueda de lo imposible. Una tensión continua que se alimenta de la destrucción del existente. Cuando hablo de “nueva anarquía” Quiero decir aquella anarquía que felizmente prescinde del concepto de revolución, de realismo, de política. El diablo en el cuerpo de Bakunin, la locura visionaria de Cafiero, la sed de justicia de Ravachol y Henry, el odio y la venganza de Di Giovanni, la impaciencia de Philippi, los poemas y el plomo de Novatore, la desesperación sangrienta de Bertoli, son parte, todos, de esta nueva “anarquía”. La internacional negra, mis hermanos y hermanas de la FAI-FRI son la encarnación hoy de esta “nueva anarquía.” Ha llegado el momento de tomar conciencia que somos otra cosa, que un abismo nos divide del viejo anarquismo. En nosotros no hay más espacio para las grandes ilusiones: revolución, progreso, civilización. El nuestro es un camino diferente respecto al anarquismo social, realista, racional, positivista, propositivo, creador de nuevo orden y civilización. Un camino diferente el nuestro que encuentra en la anti-civilización el cierre de un círculo. Un círculo que no nos lleva a ninguna parte si no vivir plenamente la vida. Definirnos como portadores de una “nueva anarquía”, por cuanto ingenuo pueda parecer, nos sirve para distinguirnos del anarquismo político y también de un cierto insurreccionalismo social que tiene gusto de ideología.
CCF: “La solidaridad entre los anarquistas de acción no es sólo con palabras”, Cuando han afrontado vuestro juicio lxs anarquistas italianxs y cómo han expresado su solidaridad?
Alfredo: Hay dos tipos de solidaridad. Una pasiva que demasiado a menudo sólo sirve para lavarse la conciencia por la propia inactividad y que no llena las distancias entre las palabras y los hechos. Y despues una activa, concreta, real solidaridad que alguno llama revolucionaria, hecha en silencio en el anonimato, en el cual solo las acciones destructivas hablan también a través de las palabras que las acompañan. Es inutil decir cual de las dos solidaridades prefiero. En ultimo analisis la mejor solidaridad que yo pueda recibir es ver que la proyectualidad de esta nueva anarquía, en todas sus formas, continue a mover sus pasos, indiferente a los golpes represivos que recibe. Non niego que cada vez que alguna acción nos recuerda como prisioneros de guerra, sea en Italia que en el resto del mundo, mi corazón se llena de alegria. Esta es mi vida hoy. La guerra continua, nunca rendirse, nunca doblegarse
LARGA VIDA A LA FAI-FRI
LARGA VIDA A LAS CCF
VIVA LA INTERNACIONAL NEGRA
Alfredo Cospito