Apología de Nikos Maziotis ante el juzgado de instrucción (1999)

machorka250

7 de julio de 1999

En primer lugar, no pretendo ser el chico bueno acá donde fui forzado a venir. No voy a alegar nada, porque no me considero a mí mismo un criminal. Soy un revolucionario. No tengo nada de que arrepentirme. Estoy orgulloso de lo que hice. Lo único que lamento es el error técnico que se cometió y la bomba no explotó, por eso encontra¬ron mis huellas en esta luego y terminé aquí. Es lo único de lo que me arrepiento. Y de algo más también: todas esas cosas no deberían haber estado en mi casa, deberían haber estado en otro lugar.

Ustedes deberían tener en cuenta que si bien son jueces y están sentados más altos que yo, muchas veces los revolucionarios, y yo mismo puntualmente, los juzgué mu­cho antes que ustedes a mí. Estamos en bandos opuestos, bandos enemigos. Los revolucionarios y la justicia revolucionaria -porque no creo que esta corte sea la justicia, es la justicia entre comillas- muchas veces juzga a sus enemigos mas despia­dadamente, cuando tienen la oportunidad de imponer justicia.

Voy a comenzar de muchos años atrás. No tenemos ningún crimen mío para juzgar aquí. Por el contrario, vamos a hablar acerca de crímenes, pero no míos. Vamos a hablar de los crímenes del Estado, de sus mecanismos, de la justicia y de crímenes policiales…

La primera vez que se podría decir que fui politizado es cuando participé de una manifestación, en 1985. Fue el 17 de Noviembre. Tenía catorce años entonces, y un policía, el Sr. Melistas, disparó y mató a un chico de quince años, Kaltezas. No participé en los disturbios de esa noche. La misma noche después del asesinato la Escuela de Química fue ocupada y en la mañana fuerzas especiales llevaron a cabo una redada en el edificio para evacuarlo y arrestaron a los anarquistas y jóvenes que estaban dentro. Al día siguiente cinco mil personas ocuparon la Escuela Politécnica -si recuerdo bien, porque era joven en ese entonces y no tenía mucha información. Estas ocupaciones fueron precisamente una reacción al asesinato de Kaltezas por el policía Melistas. La justicia, cinco años después, en Enero de 1990, declaró a Melis-tas inocente.

Lo que quiero decir con esto es que en realidad ustedes son instigadores de crímenes, por lo menos en lo que a mí respecta.

Entonces, en enero y febrero del ´90 participé en la ocupación del Politécnico, que se produjo como reacción a la decisión de la corte la cual declaró a Melistas inocen­te por el asesinato de Kaltezas. Hubo enfrentamientos y disturbios, se destrozaron tiendas, se arrojaron piedras y cocteles molotov… Yo participé de estos hechos. De ahí en adelante pude decir concientemente que soy anarquista. Y cuando digo anarquista, me refiero a que estoy en contra del Estado y el Capital.

Que nuestro propósito es subvertir el Estado y el régimen capitalista. Queremos una sociedad sin clases, sin jerarquías y sin dominación. La mayor mentira de nuestros tiempos es eso de que el Estado es la sociedad. Creo que Nietzsche ha dicho también eso, eso de la mentira del Estado.

Nos oponemos a la división de la sociedad en clases, estamos en contra de una sepa­ración entre quienes ordenan y quienes obedecen órdenes. Ésta estructura autoritaria penetra la totalidad de la sociedad y es esta estructura lo que queremos destruir. Ya sea con medios pacíficos o violentos, incluso con las armas. No tengo ningún pro­blema sobre eso.

Voy a contradecir a mi hermano quien dijo antes: “el no quería las armas para hacer la guerra”. Éstas eran para la guerra. Quizás solo estaban allí guardadas. Pero las armas son para la guerra, uno no las tiene simplemente para guardarlas en casa. Podría ha­berlas guardado así como estaban, pero son para hacer la guerra y yo hago la guerra. La bomba en el Ministerio fue un acto de guerra.

Desde 1990 fui condenado muchas veces por mi actividad, por distintos tipos de acciones.

Fui condenado porque me rehusé a servir al Ejército. No porque tenga algún proble­ma con las armas o con la violencia, repetí eso en la corte militar. El hecho de que esta vez fui arrestado en posesión de armas denota que no tengo ningún problema con las armas o con la violencia, no soy pacifista en absoluto. Porque ni la sociedad ni el Estado son pacíficos. Mientras reciba violencia responderé con violencia. Pasé siete meses en una prisión militar, se me ha condenado por desertar del Ejército y por evasión de los servicios militares. La segunda vez fui liberado luego de 51 días en huelga de hambre.

He sido arrestado en el ´94 en la ocupación de la universidad de Economía junto con 51 compañeros míos, cuando Giorgios Balafas y Odysseas Kampouris estaban en huelga de hambre. Esta ocupación de la Escuela de Economía fue también una ac­ción de solidaridad. En condiciones en que no podíamos reunirnos en ningún lugar ni manifestar, decidimos okupar una universidad y usarla como centro de contrain­formación a cerca de los casos de Giorgios Balafas y Odysseas Kampouris, quienes estaban encarcelados.

En el ´95 fui arrestado con otras 500 personas en la revuelta del Politécnico en no­viembre. Esa ocupación sucedió porque había distintos presos politicos en la cárcel -Kostas Kalaremas, Odysseas Kampouris, Giorgos Balafas quienes fueron arrestados nuevamente entretanto, Spyros Dapergolas, Christoforos Marinos y cuatro personas de Salónica fueron arrestadas cuando la manifestación en la que participaban fue atacada por la policía el 14 de noviembre-, y porque se estaba llevando adelante un motín en la cárcel de Koridallos. Por esta ocupación fui sentenciado por lo menos a un año de cárcel junto con muchos otros compañeros. En todas estas acciones yo y mis compañeros asumimos la responsabilidad completamente.

Entonces, durante esta década, desde que puedo llamarme anarquista, he usado mu­chos métodos de acción. He escrito y distribuido panfletos, pegado carteles, parti­cipé en ocupaciones, violentas o pacíficas. Por ejemplo, la ocupación de la Escuelade Economía no tuvo ningún carácter violento pero las Unidades Especiales de la Policía y los Antidisturbios nos invadieron y nos arrestaron. Hubo hasta policías de las Unidades Especiales llevando máscaras de esquí que entraron para romper las cadenas en las puertas.

En el caso de la Politécnica no pretendimos ser los chicos buenos, sin tampoco acep­tar los cargos específicos por los que nos acusaban. Dijimos porque habíamos ido a la Politécnica. Un tiempo después, cuando estaba en una corte militar en febrero del ´98, tomé personalmente la responsabilidad de quemar una bandera griega. Dije que la había quemado. Considero que es un símbolo de una fuerza enemiga. En quien sea que tenga la bandera griega veo a un enemigo, porque los policías la tienen en su uniforme, los Comandantes también… Es el símbolo del enemigo.

Nuestro propósito, dentro de la lucha antiestatal y anticapitalista, es conectarnos con las diferentes luchas sociales. Nuestro propósito también en el momento en que intervenimos en estas luchas es intentar que las cosas se desborden, lo que significa que el conflicto de estos sectores sociales culmine contra el Estado y la policía. Incitar a que la lucha de las personas exceda los causes institucionales, los sindicatos, las ad­ministraciones locales y todos estos manipuladores que son enemigos de la libertad humana. Muchos de mis compañeros, con sus pequeñas fuerzas, se han comprome­tido con tales luchas. Les hablaré de ellos más específicamente.

En 1989, en una lucha ambiental en el pueblo de Aravissos, los residentes de esa zona no querían que sus recursos de agua sean explotados por la Compañía de Agua de Salónica. Se enfrentaron a la policía y los antidisturbios, quemaron bombas de riego, prendieron fuegos y barricadas… Y algunos de nuestros compañeros de Saló­nica participaron de esta lucha e incluso fueron arrestados.

En 1990 el ataque del neoliberalismo comenzó en Grecia (un ataque que internacio-nalmente había comenzado desde los ´80 con los gobiernos de Reagan y Tatcher), incluyendo la desindustrialización, despido de trabajadores, privatización, limitación del estado de bienestar, reducción de salarios, pensiones y el tratamiento médico… Este ataque que había empezado en Europa y Norte América desde principios de los ´80, recién empezó en 1990 en Grecia.

El primer proyecto fueron las compañías “problematicas”. En esa parte también, du­rante el período de 1990-91, hubo ocupaciones en muchas fábricas del país, en Man-toudi, Lavrio, Patras. Nuevamente, algunos de nuestros compañeros, con su pequeño poder, estuvieron ahí. Mas específicamente en Matoudi y en la fábrica Piraiki-Pa-traiki la cual está ubicada en Patras.

Después de eso tuvimos el movimiento de estudiantes del ´90-´91 que fue grandioso, según mi opinión. Logró subvertir la ley del ministro de Educación, Kontogianno-poulos, quien finalmente renunció. El gobierno de derecha, en su esfuerzo de repri­mir el movimiento, movilizó a sus matones para aplastar la ocupación de escuelas, lo que terminó con el asesinato de un profesor, Nikos Temporeras, dentro de una escuela ocupada en Patras. Fue un crimen más del Estado. Aquí vamos a contar los crímenes del Estado, ningún crimen mío. En respuesta al asesinato de Temporeras hubo una manifestación de miles de per­sonas. Nosotros también participamos, para agudizar la situación. Hubo enfrenta-mientos con la policía, el Politécnico fue ocupado nuevamente por dos días. Fuego, barricadas, destrozos… También hubo otro crimen aquellos días, el 10 de enero del ´91. Durante lo disturbios, bombas de gases lacrimógenos arrojados por la policía causó el incendio del edificio de K. Marousi, un shopping en la calle Panepistimiou. Cuatro ciudadanos murieron dentro debido al incendio. Nadie ha pagado aún por este delito, ni la justicia dijo nada. Lo encubrieron.

Un año después, en el verano de 1992, mis compañeros -yo no personalmente pero esto no importa- participaron en los enfrentamientos alrededor de la estación de Votanikos, cuando el gobierno intentó privatizar el transporte público. Hubo en-frentamientos entre los trabajadores y la policía. Luego, algunos trabajadores del Transporte Público fueron a la cárcel acusados de sabotaje. Estaban destrozando los autobuses privados pertenecientes a los rufianes dueños que los habían comprado. Allí también, los anarquistas estuvieron presentes.

Antes de referirme a la lucha de Strymonikos, quiero mencionar el más reciente ejemplo: los maestros desocupados el año pasado y el movimiento estudiantil en el invierno del ´98-´99. Estuvimos presentes allí también. Un compañero que testificó ayer, Vasilis Evagelidis, trató de hablar de esto. El fue arrestado en los enfrentamien-tos que tuvieron lugar en enero del ´99 en una manifestación estudiantil. Generalmente, donde sea que haya disturbios, donde sea que haya conflictos quere­mos estar ahí. Para subvertir las cosas. Para nosotros, esto no es un crimen. En rea­lidad, estos disturbios son la “soberanía popular” de la que los políticos profesionales siguen hablando. En ésta es en donde la libertad es expresada…

Ahora vamos a hablar acerca de la lucha de la gente en Strymonikos. Mucho antes de que pusiera la bomba, otros compañeros habían estado en el pueblo, habian estado hablando con la gente de ahí, habían publicado un folleto acerca de esta revuelta, acerca de los enfrentamientos en Octubre de 1996. Pero voy a hablar específicamente acerca de la lucha en Strymonikos en un rato. Antes, quiero hablar exclusivamente acerca de la acción.

A decir verdad, me inspiró a poner esta bomba una razón específica: la gente del pueblo había roto los límites, por sí mismos. Si hubiese sido una lucha dentro de los cauces institucionales, en los medios en los que los sindicatos y la administración local tratan de mantener a estas luchas restringidas, si hubiese sido una protesta apa­cible e inofensiva, quizás no habría echo nada.

Pero los compañeros allá en el pueblo -quienes no son anarquistas por supuesto, pero eso no me importa, son ciudadanos que también quieren su libertad- habían desbordado todo límite. Tuvieron enfrentamientos con la policía tres veces -el 17 de octubre de 1996, el 25 de julio del ´97 y el 9 de noviembre del ´98-, habían prendido fuego autos de la policía y camionetas de los antidisturbios, habían quemado maqui­naria perteneciente a TVX, habían copado las minas de Olympiada y destruido parte de las instalaciones. Algunos de ellos también hicieron una especie de guerrilla. En las noches, salían con armas de fuego, disparando al aire para asustar a los policías. Y pensé, esta gente es piola, hasta han ido más lejos que nosotros. Y se vino la represión, especialmente en el ´97 cuando se impuso la ley marcial en la zona. El Jefe de Policía en Halkidiki dio una orden según la cual todas las reunio­nes y manifestaciones fueron prohibidas. También enviaron unidades especiales de la policía y tanques de policía, el cual vino a la calle por primera vez desde 1980. Y ahora lo enviaban nuevamente ahí, a los pueblos de Halkidiki. Entonces, debemos hacer algo acá, en Atenas, pensé. No es posible que los otros estén bajo represión y nos mantengamos pasivos…

El Ministerio de Industria y Desarrollo, en las calles Papadiamadopoulou y Micha-lakopoulou, fue uno de los centros de este caso. La lucha en Strymonikos era una lucha contra el desarrollo, contra la modernización y toda esta basura de la que ellos hablan. Lo que se esconde detrás de estas expresiones es el beneficio de multina­cionales, el beneficio de nuestros capitalistas, capitalistas Griegos, el beneficio de los funcionarios del Estado, del estado griego, de los burócratas, de todos aquellos que se quedan con la plata, de compañías técnicas… No hay relevancia entre este desarrollo y modernización del que hablan y la cobertura de las necesidades populares. Ninguna relevancia.

Entonces, puse una bomba. El propósito es ese que dije en la carta con la cual tomaba la responsabilidad de la acción. En el transcurso de febrero del ´98 dije: Al colocar el artefacto explosivo mi propósito era enviar un doble mensaje político. Todo es político. Incluso si usas tales medios, los mensajes son políticos. La guerra misma es un medio de presión política. En este caso, fue también un medio político, una práctica política. Primero que nada, un mensaje para la gente de Strymonikos de no están solos, también hay otros que quizás viven a 600 km de distancia de ustedes pero les importa. No por razones personales, no conozco a nadie de allá personalmente. Otros compañeros conocen gente de allá. Yo ni siquiera he ido allá. No era mi casa la que estaba amenazada, pero ese no es el punto.

Simplemente, mi principio, y generalmente el principio de los anarquistas y de otros revolucionarios no-anarquistas, es que la libertad social es una e inseparable. Enton­ces, si la libertad es parcialmente agraviada, en esencia es agraviada en su totalidad. Si su libertad es agraviada, la mía también lo es. Su guerra será mi guerra, especial­mente en una zona donde la sobernía popular -nuevamente una expresión usada por políticos profesionales- no quiere lo que el Estado y el Capital quieren: la metalurgia de oro de TVX.

Por otra parte, dije, de acuerdo, habrá algunos daños -lo sabía. Sí, tenía la inten­ción de causar daños materiales. Entonces, que daños serían esos? En las ventanas, en determinado lugar, que clase de daño? O afuera del depósito donde coloqué la bomba? Según me parecía, los daños serían mínimos. Pero incluso si fueran más que mínimos, para mi esto no es importante en absoluto. Porque la libertad no puede ser comparada con daños materiales en alguna ventana, en algun auto del Estado o pro­piedad del Estado. Para mí, el ministerio no es una institución de común beneficio como dicen los cargos. De beneficio del Estado sí, pero no de beneficio social. Sin embargo, incluso si el artefacto no explotó, envié mi mensaje. Fui atrapado, por­que cometí aquel error técnico y deje mi huella digital, pero incluso si no hubo daño en absoluto el mensaje fue enviado. Y ustedes lo recibieron, el Estado lo recibió, pero también la gente de Strymonikos lo recibió. Se que están diciendo que soy uno de ellos, incluso si nunca me conocieron. No hay nada mejor que eso. Y por supuesto, repito que no me arrepiento de nada.

Voy a referirme un poco a las partes técnicas. Justamente porque soy un revoluciona­rio social, y cuando uno dice eso es como hablar por el beneficio de la sociedad. No es como. Es por el beneficio social. Como tengo este principio no podría lastimar a cualquier ciudadano. Podría lastimar a un policía. Los considero mis enemigos. Y us­tedes también son mis enemigos. Yo los separo. Hago una clara separación de clases. De un lado tenemos a aquellos, del otro lado tenemos a los otros. Aunque en esta ocasión no haya intentado lastimar ni al policía que vigila el Ministerio ni a nadie más; por supuesto no a un ciudadano.

El procedimiento que es usado por grupos o individuos, en general, es exactamente este: primero pones la bomba en tu objetivo y luego llamas a un diario. En este caso, llamé a Eleftherotypia y dije: en media hora una bomba va a explotar allí. Exactamen­te lo que está escrito en la evidencia: En treinta minutos va a haber una explosión en el Ministerio de Industria y Desarrollo, por el caso de TVX en Strymonikos. En este sentido, como fue demostrado prácticamente y no hipotéticamente, la policía llegó al lugar a tiempo. El primero de ellos que llegó ahí rodeó y evacuó la zona por 200 metros alrededor del edificio, como los especialistas de la policía misma adminitieron, entonces no habría ningún auto o persona pasando accidentalmente.

Quiero referirme más a lo que llamo solidaridad, a los motivos que tuve. Lo que es esta solidaridad. Creo que la persona socializada, que la sociedad humana, fue creada en base a tres componentes: solidaridad, reciprocidad y apoyo mutuo. Entonces, en esto es en lo que se basa la libertad humana.

Cualquier grupo social en lucha, en diferente espacio y tiempo, ya sean estudiantes o campesinos o ciudadanos de comunidades locales, para mí y para los anarquistas éstos son muy importantes.

No tiene que ver con si soy un trabajador y me identifico con los intereses de esa clase. Si alguien reclama por un mayor salario o tiene una demanda sindical para mí eso no es importante. Para mí, la solidaridad significa la aceptación incondicional y el apoyo por cualquier medio del derecho que la gente debe tener a determinar sus vidas como ellos quieran, y no permitiendo a otros que decidan en lugar de ellos, como hacen el Estado y el Capital.

Eso significa que en este caso en particular, en la lucha de Strymonikos pero también en cualquier lucha social, para mí lo que cuenta principalmente es que son luchas por medio de las cuales la gente quiere decidir su propio destino. Y no teniendo algún jefe de policía o algún funcionario del estado o algún capitalista decidiendo lo que deben hacer. Pasa a segundo plano si quieren o no la fábrica, si el punto central de la lucha es ambiental. Lo que importa es que no quieren la fábrica porque no quieren algo que les es impuesto con violencia.

Ahora en cuanto a la cuestión de la violencia política… Desde el principio intentaron presentar un caso de criminales repulsivos y terroristas que ponen bombas ciegas. Algo que no existe.

Si teóricamente terrorismo es el ejercicio de la violencia en contra de los ciudadanos y la población civil, esto va exclusivamente para el Estado. Solo el Estado ataca con­tra civiles, para eso son los mecanismos represivos: los antidisturbios, unidades espe­ciales de represión policial, el ejército, fuerzas especiales… Mecanismos que también roban a la gente. Ellos financian profesionales armados, policías. ¿No son ellos en­trenados para disparar a objetivos reales? ¿No están los antidisturbios armados con gas químico? ¿Para usarlos donde? En los ciudadanos, en las manifestaciones y las protestas. Entonces, únicamente el Estado practica la violencia contra los ciudada­nos. Yo no use violencia alguna contra algún ciudadano. Voy a decir exactamente lo que es terrorismo.

Terrorismo es cuando ocupaciones, manifestaciones y huelgas son atacadas. Cuando los antidisturbios atacaron a los jubilados que manifestaban en las afueras de Maxi-mou cuatros años atrás. Cuando Melistas asesino a Kaltezas. Cuando Koumis y Ka-nelopoulou fueron asesinados por los antidisturbios el 16 de noviembre de 1980. Y si recuerdo bien, no les dispararon, los mataron a golpes. Terrorismo es cuando Chris-tos Kassimis fue asesinado. Pero voy a referirme más específicamente a este caso. Un grupo de revolucionarios habían intentado entonces prender fuego a la fábrica alemana de AEG, en Redi. Esta también fue una acción de solidaridad. No se si están al tanto de esto, pero se los voy a comentar. En ese entonces, en el ´77, algunas guerrillas de la RAFla RAF y también como reacción al asesinato de los militantes de la RAF en la cárcel de Stuttgart. Durante el intento, que no tuvo éxito, alguien fue asesinado. El era Christos Kassimis, baleado por los dos policías, Plessas y Stergiou, que vigilaban la fábrica. Y de acuerdo a lo que leí, no lo mataron porque sus vidas estuviesen en peligro, le dispararon por la espalda. Murió con una bala en la espalda. habían muerto dentro de las celdas blancas de Stammheim, en Stuttgart, en Alemania oriental. Las celdas blancas mismas son terrorismo. La cárcel es terrorismo. Así que, en ese entonces, algunos revolucionarios griegos fueron a in­cendiar la fábrica de AEG, como acción de solidaridad con

Terrorismo es cuando fuerzas especiales de la policía se meten a la Escuela de Quí­mica y golpean a anarquistas y jóvenes. Terrorismo es cuando Temponeras es asesi­nado en Patras. Terrorismo es cuando Christos Tsoutsouvis fue asesinado en el ´85. Pero este caso también tuvo algo especial y quiero señalarlo. En Christos Tsoutsouvis encaja la expresión de Toukidides -si no lo sabían, es el más antiguo historiador que escribió la historia de la Guerra Peloponesa- aquello de “morir en batalla es un honor, seguido del aplauso de la gente”. El quizá fue asesinado, pero también se llevó a tres de ellos con él. Para mí, era un combatiente, un militante. Creo que la sociedad necesita más personas como el.

Terrorismo es cuando ciudadanos son asesinados por la policía por simples averi­guaciones de antecedentes. Voy a mencionar algunos ejemplos. Voy a contar acerca de Christos Mouratis, un romanó en la ciudad de Livadia, que fue asesinado en un control policial en octubre de 1996. Era un civil… Esto es un crimen. Pero la justicia no dijo nada al respecto, que iba a decir?

Simplemente recompenzó el crimen. En 1997, Helias Mexis estaba pasando por la calle en frente del Centro de Detención de Tranporte (para presos) y fue baleado por el policía Tsagrakos. Teodoros Giakas fue asesinado el 10 de enero de 1994 por el oficial de policía Lagogiannis de la estación de policía de Moschato. Este caso tam­bién es bastante peculiar. Era un civil. Fue parado en la calle para identificarlo. Salió corriendo y la policía le disparó. Posteriormente dijeron que habían encontrado un cuchillo entre sus cosas y otras basuras… Hasta donde sé, en principio le dispararon tres veces. Probablemente las tres veces fueron fatales. Como Giakas yacía en el piso, Lagogiannis le disparo otras dos veces e incluso después de haberlo esposado! ¿Saben lo que hizo la justicia acerca de esto? Lo sentencio a 12 años en libertad condicional. Es por eso que digo que su justicia debe ser puesta entre comillas. Terrorismo es cuando Ali Yumfraz, un musulmán búlgaro del suburbio Vrilisia de Atenas, fue arrestado estando borracho y luego fue encontrado muerto en la celda en la estación de policía. La policía dijo que sufrió un ataque al corazón y que esa era la razón de su muerte. Puedo recordar otro incidente, en enero del ’91, cuando un refugiado político turco, Souleiman Akiar, fue asesinado a golpes por la policía. El ministro de Orden público dijo entonces que el hombre tenía problemas del corazón. Pero el examen médico encontró que había hematomas en todo el cuerpo. Terrorismo es esta corte, acá. Todo juicio de un militante, todo juicio de un revo­lucionario es terrorismo, es un mensaje de intimidación para la sociedad. Lo dije nuevamente en mis declaraciones ayer, cuando me preguntaron si aceptaba lo cargos, y lo voy a repetir. Ya que mi persecución es política, el mensaje es claro: quien luche contra el Estado y el Capital será penalizado, criminalizado y tildado de terrorista.

Lo mismo para cualquier solidaridad con cualquier lucha social: será penalizada y aplastada. Este es el mensaje de este juicio y en este sentido es terrorismo. Terrorismo contra mí, terrorismo contra los anarquistas, terrorismo contra la gente de Strymo-nikos, quienes también estan recibiendo mensajes de este tipo en estos tiempos, ya que tienen juicios similares por sus movilizaciones. Esto es terrorismo. El hecho de que puse una bomba como acción de solidaridad no es terrorismo. Porque ningún ciudadano fue lastimado por esta acción.

Muchas veces, especialmente los medios, incluso mas que la policía a veces, promue­ven una visión de cada acción diciendo, por ejemplo en ataques con bombas de gas, que “casi hubo victimas, casi, casi, casi…” Pero tal cosa nunca pasó realmente. Todo esto sucede para impresionar y dicen eso para que haya consenso social para la re­presión. Entonces por eso yo, por ejemplo, voy a ser condenado a una larga sentencia de cárcel. “Encontramos a alguien que cometió el error de dejar sus huellas digitales, lo atrapamos. ¿Y dice que él lo hizo? ¡Vamos a joderlo!” Mi lenguaje es un poco vulgar…

Quiero hacer referencia a la lucha en Strymonikos. Incluso aunque nunca estuve allá voy a darles algunas nociones históricas. Las minas que ahora son adquiridas por la compañía multinacional TVX Gold existen desde 1927. Estas pertenecían a Bodosakis. En estas minas, donde han tenido lugar numerosos accidentes laborales y muchos mineros han sufrido neumonoconiosis, hubo una gran huelga sangrienta en 1977. La huelga demandó tales como el aumento de salarios, tratamiento médico, medidas de seguridad en las galerías. Entonces también fueron enviados tanques de la policía a la zona, hubo también arrestos y condenas, el terrorismo fue impuesto en el pueblo.

A finales de los ´80 la compañía era caracterizada como problemática, como muchas otras. El Estado, a través de METVA, planea la instalación de una metalurgia de oro. En el ´92 la compañía, como problemática pasa a manos del Estado y en diciembre del ´95 este último vende las minas a TVX. Pero los habitantes de Strymonikos no quisieron la construcción de una metalurgia de oro. Más de setenta años de actividad minera ya habían causado serios problemas ambientales.

Esta lucha tuvo una gran importancia, y esto fue comprobado. Por motivos interna­cionales.

Las movilizaciones empezaron a principios del ´96. Los habitantes bloquearon la au­topista nacional Salónica-Kavala, hicieron puestos de vigilancia desde donde podían supervisar las minas y parar cualquier camión de la compañía que intentara pasar o a cualquier maquinaria que pudiese empezar con perforaciones. Con estas prácticas, el bloqueo de calles y los puestos de vigilancia, la gente manifestó: Estamos acá. No van a pasar. De esta forma forzaron a la compañía a suspender temporalmente sus actividades. El

26 de octubre del ´96, TVX envió un ultimátum al Estado griego y al Ministerio de Desarrollo, diciendo que “A l menos que los trabajos empiecen ahora mismo, nos vamos”. Su inversión, la cual es la privada más grande jamás hecha en el país, una inversión de 65 billones de dracmas, se marcharía de Grecia.

Cuando tuvieron lugar los primeros enfrentamientos, el 17 de octubre, y los habitan­tes lograron repeler violentamente a las fuerzas policiales de la zona, Jason Stratos, el presidente del SEV, afirmó que “es imposible que dos mil provincianos -no digo esta descripción en mal sentido, pero así es como el ministro o el presidente del SEV los dijo. Así es como los políticos profesionales y los partidos políticos hablan acerca de la gente- vayan a destruir nuestras inversiones, no permitiendo a una compañía cana­diense o a cualquier otra compañía extranjera venir aquí y hacer inversiones. Esta reacción debe terminar”.

Entonces, se puede entender que esta lucha no tuvo más un carácter restrictivamente local. Tuvo extensión internacional porque creó un precedente: “Si no podemos tener una inversión en Halkidiki, dondequiera que un inversor extranjero vaya, no será capaz de proceder con la inversión. Si la gente se rebela y no quiere lo que el Estado quiere, es a través de la economía.”

Un año después, hubo otro intento de comenzar los trabajos de instalación de la me­talurgia de oro. En julio del ´97 los habitantes destruyeron un taladro perteneciente a IGME y se enfrentaron con la policía. En noviembre, se reunieron e hicieron una manifestacióna las minas. Pero unos meses antes -en septiembre, si recuerdo bien- el Estado había determinado que la respuesta de la gente debía terminar y envió cientos de policías de Salónica. También habían enviado antidisturbios de Atenas, unidades especiales de represión policial y tanques de la policía, los cuales como dije antes aparecieron en las calles por primera vez después de 1980 cuando fueron usados para suprimir las manifestaciones.

Había todo un ejército de ocupación instalado allí permanentemente. La policía sabía que habría disturbios de nuevo entonces prepararon una fuerza militar para reprimir a los habitantes. Así pasó. Por supuesto, esto no sucedió completamente porque la policía fue derrotada. Los enfrentamientos tuvieron lugar el 9 de noviembre y como dije antes, autos de la policía y camionetas de los antidisturbios fueron destruidos, el taladro de la compañía fue prendido fuego y finalmente las prácticas de guerrilla tuvieron lugar, cuando hubo disparos para asustar a la policía.

Como ya dije, fui muy inspirado por estos eventos para poner la bomba en el Minis­terio de Industria y Desarrollo. Sobre esta base quiero repetir que esta lucha no tenia un carácter local simplemente. Lo había desbordado.

Para nosotros, los anarquistas, la lucha social y la solidaridad están más allá de los límites nacionales. Para mí y para mis compañeros, luchas que tienen lugar fuera de las fronteras del Estado griego tienen una gran importancia.

Para mí hay una gran importancia en la guerrilla Zapatista que estalló en Chiapas en 1994. Esta es una lucha más contra el neoliberalismo, una lucha que es llevada a cabo con las armas, con el rostro cubierto…, una guerra real. Esto es parte de la violencia política y no estoy en contra de ello. Nunca he declarado estar en contra y no quiero hacerme el chico bueno.

Para mí también es de gran importancia el movimiento de campesinos brasileños sin tierra (MST), quienes ocupan terrenos estatales a fin de cultivarlos colectivamente. También es muy significativo el movimiento de personas desocupadas en Francia, quienes hacen ocupaciones en oficinas de trabajo y se enfrentaron con la policía en el invierno del ´97-´98.

También es importante algo que tuvo lugar en Turquía y que es similar a lo que pasó en Strymonikos con TVX. Otra compañía multinacional, EUROGOLD, intentó hacer una inversión similar en Pergamos. Y es muy importante lo que voy a decir ahora. Esto fue en el pueblo de Ovancik de Pergamos, si recuerdo bien. Los habitan­tes de esa zona, campesinos turcos, frustraron la inversion de EUROGOLD, por los mismos medios que la gente de Strymonikos ha prevenido hasta ahora la instalación de la metalurgia de oro. La gente de Pergamos hizo bloqueos en la autopista Izmir – Estambul, se enfrentaron con fuerzas policiales militarizadas. Y, coincidentemente, hubo de nuevo alguien que puso una bomba en las oficinas de la compañía inversora, en Izmir. Como yo lo hice.

Por lo tanto, como ustedes saben, todas estas prácticas son parte de las luchas socia­les, suceden en todos lados. Y para nosotros, no sólo no son crímenes, sino que son un honor. Estamos orgullosos de estas prácticas.

Con respecto a esta fábrica en Pergamos, los medios griegos, el Ministerio de Tra­bajo Publico y el Ministerio del Egeo dijeron hipócritamente de que en caso de que sea construida, contaminaría el Mar Egeo. Pero no dicen lo mismo de la bahía de Strymonikos. De tal manera que, la fábrica en Turquía no debe ser construida, pero en Grecia esta bien. Acá la hipocresía del Estado griego, de los medios y de los po­líticos es obvia.

No creo que realmente ustedes me juzguen como un terrorista. No creo que ustedes me juzguen por tener el propósito de causar peligro a vidas humanas. Esto es sólo un pretexto. De hecho, ustedes me juzgan por lo que he dicho hasta ahora. Por quien soy. Por ser anarquista, por creer lo que creo, incluso por mi pasado. Porque todos estos son elementos agravantes: “Entonces, estuviste en la ocupación del Politécnico, estuviste en la ocupación de la Escuela de Economía, sos objetor del servicio militar, estuviste aquí y allá…” No tengo una anterior vida decente, de acuerdo a ustedes por supuesto, porque de acuerdo con conmigo soy una persona muy decente. En realidad, no me juzgan por supuestamente tener el propósito de causar daño a la gente.

De hecho, el Estado ha demostrado que no le interesan los ciudadanos. Por el con­trario, cuando su dominación se debe consolidar, el Estado quita vidas humanas, como dije en los ejemplos que di antes… La única cosa que el Estado quiere es conservar el monopolio, el monopolio de “solo nosotros, solo yo, solo el Estado, podemos quitar vidas humanas”. Solo la policía uniformada, la policía secreta, los antidisturbios o la policía especial pueden quitar vidas humanas. Cualquier otro que lo haga es un criminal. Pero cuando lo hace el Estado, demuestra ser inexpugnable. Siempre que los ciudadanos fueron asesinados, la justicia ha aceptado los alegatos de la policía. No porque les crean sino por razones de intereses. Siempre aceptaron el alegato de que “la bala perdió su rumbo”, de que supuestamente “el arma del policía se disparó accidentalmente” o de que suponía ser “en legítima defensa”. En realidad, sin embargo, todos estos ejemplos que mencioné antes, y tengo más para mencionar, son asesinatos a sangre fría. Muy pocos policías fueron alguna vez acusados y todos ellos están fuera de la cárcel y orgullosos de lo que han hecho. ¡Orgullosos! Un testigo de mi defensa dijo algo antes acerca del caso de Alekos Panagoulis. Y es cierto que el intento de Panagoulis de asesinar al dictador Papadopoulos fue una acción aplaudida por el pueblo griego. Fue un intento de matar. ¿Y entonces qué? ¿A quien trató de matar? ¡A un dictador!

Racionalmente uno puede oponer el argumento de que antes había un status de junta militar y que los medios de violencia política eran justificados para ser usados como una forma de presión política en tiempos de dictadura, pero ahora tenemos una democracia parlamentaria. Ahora tenemos libertad y tenemos derechos. Bueno, no creo que sea exactamente así… Con todo lo que he dicho no creo que haya derechos. Pueden existir en los papeles, pero en realidad no hay nada.

Voy a mencionar ciertas ocasiones del período de reforma política, del tiempo de la presumida democracia, donde la gente ha sido asesinada dentro de luchas sociales. Fue demostrado de nuevo que la gente todavía no define su vida solo porque la constitución del Estado haya cambiado en 1974. Ejemplos específicos: el primer dis­turbio tiene lugar, hasta donde recuerdo, en Julio de 1975. También en mayo de 1976 un a vez más los tanques e la policía aparecieron en las calles de Atenas. Laskaris, el Ministro de Trabajo del gobierno de Karamanlis había hecho una nueva ley, la Ley 330, una ley antitrabajador y antihuelga. El 25 de mayo del ´76 hubo una manifes­tación de trabajadores. Hubo enfrentamientos con la policía, un asalto a las oficinas del diario Bradini… cocteles molotov y fuego… entonces, un tanque de la policía que estaba persiguiendo a los manifestantes asesinó a Anastasia Tsivika, una vendedora de 67 años. Nadie fue nunca acusado de este asesinato.

En otros casos, hubo nuevo proyectos de leyes votados en el parlamento sin pregun­tarle a nadie su opinión. Por ejemplo en 1990 hubo una revisión del acuerdo consi­derando la continuación de la base militar de operaciones norteamericana en Grecia.

El pueblo de China no acepto eso… En junio de 1990 hicieron una manifestación que fue atacada por los antidisturbios. Como respuesta, la gente se enfrento con la policía y prendió fuego la Prefectura de China.

En 1991 los campesinos de la provincia de Heraklion prendieron fuego el edificio de la Prefectura de Heraklion. Como pueden ver, la violencia política es practicada por todos. Por toda la sociedad y por todo estrato social o clase que es engañada. Lo que el estado quiere es lidiar con todos por separado. Deben haber oído una expresión que el primer ministro Simitis esta usando mucho, hablando acerca de “au­tomatismo social” cuando sea que explota la respuesta social… El usa esta expresión a fin de presentar estas repuestas sociales -los bloqueos de calles, las okupaciones de edificios públicos y todas las acciones de este tipo- como estando en contraste con los intereses del resto de la sociedad. Algo que es completamente falso. Es sólo la táctica de “divide y vencerás”, lo que significa “extender la discordia para romper la solidaridad”. Porque la solidaridad es muy importante por el hecho de que cualquiera que esta sólo se convierte en un blanco fácil.

Cuando una huelga de trabajadores tiene lugar y no hay solidaridad es más fácil que sea atacada. Hablan de una minoría. Este es el argumento del Estado, que “es una minoría sindicalista que tiene intereses desfasados, intereses que se vuelven contra la modernización, contra el desarrollo, contra todas las reformas” y todas esas tonterías. En fin, no ha habido un estrato social o grupo social que no se haya puesto en conflicto con el Estado, especialmente durante los ´90, y que no haya sido enfrentado con el argumento de que “son solo una minoría”, de que “su lucha esta en contraste con el resto de los intereses de la sociedad”. Eso es exactamente lo que pasó en todos los casos. Pasó con los trabajadores en las compañías problemáticas que ocupaban las fábricas en el ´90-´91, con los estudiantes que ocuparon sus escuelas en el ´90-´91 y recientemente en el ´98-´99. Lo mismo pasó con los trabajadores del Transporte Público en el ´92, con los campesinos que bloquearon las autopistas nacionales en el ´95 y en el ´96, con las manifestaciones de los maestros en contra de la derogación del calendario y del nuevo examen. Lo mismo pasó por supuesto con el pueblo de Strymonikos. Lo que esta siendo atacado realmente es la solidaridad. Y esto es lo que es también atacado, sin ningún secreto, a través de mi juicio… El estado quiere atacar a todos por separado.

Porque cuando los encuentra juntos las cosas son mucho mas difíciles. La brutalidad policial por supuesto no es suficiente para la represión. Volviendo a lo que decía antes, he llegado a la conclusión del hecho de que la diferencia entre dictadura y democra­cia parlamentaria -o mejor debería decir oligarquía capitalista- es que la primera es principalmente impuesta por la violencia bruta y la última, la presumida democracia, es mayormente impuesta por el control intelectual de los ciudadanos, por medio del arma de los medios masivos, a través del engaño. Porque no creo que la gente votan do a sus amos cada cuatro años tenga libertad. Ellos los votan pero cuando no hacen lo que se supone que deben hacer, el pueblo no puede librarse de ellos. En la antigua Atenas esto no pasaba. En la antigua Atenas todos podían hablar en la samblea pública. Cualquiera podía expresar su opinión, sin importar que tan modesta fuese su opinión. Y la gente que tenía una posición podía ser revocada por la gente en cualquier momento.

Pero la democracia también ha demostrado que cuando el engaño y el control in­telectual de los ciudadanos no son suficientes, no tiene problema en recurrir a la violencia policial, de matar, de torturar, de aterrorizar.

Finalmente, no estoy en juicio porque puse una bomba, ni porque posea tres armas y diez kilos de dinamita. Después de todo, el ejército y la policía tienen muchas mas armas que yo y las usan. No se puede comparar uno con otro.

No tengo nada más que decir. Lo único más que voy a decir es que sin importar la sentencia a la cual se me condene, porque es seguro que voy a ser condenado, no voy a arrepentirme de nada. Voy a seguir siendo quien soy. También puedo decir que la cárcel es siempre una escuela para un revolucionario. Sus ideas y la resistencia de su alma son experimentadas. Y si supera esta prueba se vuelve más fuerte y cree más éstas cosas por las cuales fue enviado a la cárcel. No tengo nada más para decir.

JUEZ:

¡No giren las cámaras hacia el banquillo!

FISCAL:

Al principio de su discurso usted dijo que tenía las armas para la guerra. ¿No ve una contradicción cuando dice que no había peligro para vidas humanas?

NIKOS MAZZIOTIS:

Yo aclaré que ninguna de mis actividades van en contra de los ciudadanos. Ya aclaré eso. ¿Dónde está la contradicción?

FISCAL:

Usted dijo que las armas son para la guerra.

NIKOS MAZIOTIS:

Si pero no contra el pueblo. Contra mis enemigos de clase. Mire, nunca he dicho que sea humanista en general. Ni un filántropo, porque estos términos son degradantes. En todo lo que he escrito -si lo leyó- y en todo lo que dije aclaré quienes son mis amigos y quienes mis enemigos. No en lo personal sino a nivel social. Quienes son mis amigos sociales y de clase y quienes son mis enemigos de clase y sociales. En la carta con la cual me hago responsable de la acción como así también en mi defensa dije que la sociedad es otra cosa que el Estado.

Voy a ser más específico para el jurado. Por un lado yo coloco al Estado, a los funcio­narios del Estado, a la policía, al ejército, a las fuerzas de seguridad, a los capitalistas; y por otro lado al resto de la gente: trabajadores, campesinos, estudiantes, la totalidad de la sociedad, la mayoría de la gente, la gente oprimida.

FISCAL:

Usted habló de justicia, poniendo la palabra entre comillas. ¿Qué motivo tiene para quejarse contra la justicia?

NIKOS MAZIOTIS:

Estuve preso durante los últimos 18 meses. Yo personalmente he estado en la cárcel durante 18 meses y otros 7 meses en una prisión militar. Simples y cercanos ejem­plos. ¿Esta hablando de mí, personalmente no?

Estas leyes están hechas para satisfacer sus intereses. De estas leyes se están ganan­do el pan. Su trabajo es enviar a personas a la cárcel. Y yo he opuesto el argumento de que policías han cometido asesinatos pero no han ido a la cárcel por ello. Ya he opuesto el argumento de qué clase de trabajo es esta justicia de la que ustedes hablan. De que finalmente hay dos pesos y dos medidas. El asunto no es lo que dice la ley o lo que dice el código penal, sino lo que realmente pasa. Justo como en el caso del terrorismo.

Por ejemplo, los Estados Unidos consideran que PKK es una organización terrorista, pero no UCK. En l comienzo UCK era considerada, por los Estados Unidos, una organización terrorista pero después no, porque su existencia era conveniente para sus planes. ¿No es cierto? Los Estados Unidos no consideraban a Contras como terroristas cuando iban a invadir Nicaragua, pero consideraban terroristas a todos los movimientos revolucionarios de izquierda y guerrillas.

FISCAL:

Voy a referirme al peligro del cual mencionó algo. ¿No sabía que la bomba podía causar peligro?

NIKOS MAZIOTIS:

¿Si sabía? Sabía que NO iba a causar ningún peligro. El procedimiento está este-riotipado y va exactamente así: uno hace una llamada a algún diario para advertir, luego alguien del diario informa a la policía, la policía llega al lugar y bloquea la zona alrededor del objetivo. En mi caso, ellos bloquearon la zona y los policías especialistas en neutralización de artefactos explosivos que estaban allí presentes ya testificaron que el bloqueo era seguro en un rango de 200 metros. Entonces no había peligro para vidas humanas. Ahora, por los daños materiales, ya he dicho mi opinión acerca de éstos…

Quiero completar lo que le decía antes al fiscal, acerca del terrorismo a nivel interna­cional. En realidad, por el momento, los Estados Unidos son el Gendarme y Terro­rista global, como la única gran palabra poder permite. Lo cual significa que es lo peor sobre la tierra. Y de acuerdo a nuestra percepción -como anarquistas-, el Estado, todos los Estados y todos los gobiernos, son antisociales, mecanismos terroristas, ya que han organizado ejércitos, policías, contratado torturadores.

También quiere completar lo que decía acerca de tener dos pesos y dos medidas. Por ejemplo, los Estados Unidos proveyeron armas, financiaron e instigaron cada régi­men dictatorial en todo el mundo. Y también en Grecia. En Latinoamérica, Chile, Argentina, Bolivia, Perú… Esto es terrorismo. Terrorismo es armar dictadores, armar escuadrones de la muerte en Argentina o en Bolivia para que asesinen a gente de izquierda, ciudadanos, revolucionarios. Aquellos que equipan a los escuadrones de la muerte para la tortura, aquellos son los terroristas. Terrorismo es cuando bombardea­ron Yugoslavia durante diez días, asesinado civiles.

Discúlpeme, señor Fiscal, pero los Estados Unidos son quienes dicen quien es terro­rista y quien no. Su Departamento de Estado emite las líneas oficiales, asesorando a Grecia acerca de quien es terrorista. En este tiempo, presionan al Estado griego para que cree una ley antiterrorista, un modelo de ley que criminalizará a quienes luchan, para que haga leyes más draconianas [extremadamente severas] que las que ya exis­ten… Estas son terrorismo.

Los revolucionarios y los militantes no son terroristas. Terroristas son los Estados mismos. Y con esta acusación, con esta estigmatización (de terrorismo) todos los Estados y Gobiernos intentan criminalizar a los revolucionarios y a los militantes dentro de sus países. El enemigo social interno… De hecho, el Estado, la justicia y la policía me enfrentan también como este tipo de enemigo. Como a un enemigo social interno. Sobre las bases de esta división que describí antes. Así es como lo ve el Estado. Esto es lo que es puesto sobre la mesa en este juicio.

FISCAL:

¿Qué es lo que tiene para oponer a lo existente?

NIKOS MAZIOTIS:

Revolución social. Por cualquier medio necesario.

Está generalmente demostrado, ya que soy bien versado en historia social y política tanto griega como internacional, que nunca sucedió cambio alguno, nunca la huma­ nidad conoció algún progreso -progreso como yo lo entiendo- mendigando, rezando o sólo con palabras.

En el texto que envié para hacerme responsable de la acción, cuando dije que puse una bomba y lo cual fue publicado en el diario Eleftherotypia, dije que la elite social, los mandarines del capital, los burócratas, toda esta gente inútil y parasitaria -que deberán desaparecer del proscenio de la historia-, nunca abandonará sus privilegios a través de una discusión civilizada, a través de la persuasión. No quiero tener una discusión porque no se puede discutir con esta clase de gente… Quisiera agregar algo. Justamente porque he estudiado mucho, (se que) durante los eventos de julio del ´65, un congresista conservador de la Unión Radical Nacional sa­lió a decir a quienes habían salido a las calles y causado disturbios, cuando Petroulas fue asesinado, que “la democracia no son los vagos rojos sino nosotros, los que participamos en el parlamento”, lo que significa los congresistas bien pagados.

Voy a revertir eso. Soberanía popular, señor juez, es cuando son arrojadas piedras y molotovs a la policía, cuando autos del Estado, bancos, shoppings y tiendas de lujo son prendidas fuego… Así es como el pueblo reacciona. La historia misma ha de­mostrado que así es como el pueblo reacciona. Esto es la soberanía popular. Cuando Maziotis va y pone una bomba en el Ministerio de Industria y Desarrollo, en solida­ridad con la lucha de la gente de Strymonikos. Esta es la verdadera soberanía popular y no lo que dice la Constitución…

He olvidado conmemorar a militantes que han sido asesinados.

Christoforos Marinos fue asesinado en el puerto de Pireos, dentro del barco Pegasus en julio del ´96.

Michalis Prekas fue asesinado por las Unidades Especiales de Policía en octubre de 1987, en Kalogreza.

Tsironis fue asesinado en Nea Smyrni en 1978.

También quiero agregar algo con respecto a lo que el señor Fiscal dijo ayer, durante su discurso, en materia de humanismo.

Voy a mencionar un evento que sucedió en el extranjero, para demostrar quienes son humanistas y quienes no lo son después de todo, quienes son los verdaderos crimi­nales.

La guerrilla Tupac Amaru ocupó la embajada japonesa de Perú, en diciembre de 1996. Capturaron más de cien rehenes y estos rehenes no eran sólo ciudadanos. Había embajadores, diplomáticos de muchos estados, hombres de negocio japoneses y oficiales del régimen peruano -el cual esta muy lejos de ser democrático. Estaban demandando la libertad de sus militantes, la liberación del líder de su organización y de otros compañeros suyos que estaban encarcelados.

No solo no lastimaron a ninguno de los rehenes sino que incluso liberaron a casi todos -esto es para decir quienes son realmente los humanistas. Por el contrario, después de un sinfín de exhaustivas negociaciones, las Fuerzas Especiales peruanas invadieron la embajada y ejecutaron a cada uno de ellos a sangre fría. Cuento todo esto para que sepamos quienes son los criminales y quienes los humanistas -entre comillas, porque no me gusta este término y por eso no lo uso mucho. También quiero mencionar algunas cosas que pasaron acá, en Grecia. Quiero hablar de Charis Temperekidis, quien quizá no haya sido un militante político, pero para mí era un preso en revuelta. Estuvo encarcelado durante años. El murió también con su arma en la mano durante la persecución luego de robar el Banco de Agricultura en Klitoria, Achaia. A pesar de estar vivo cuando lo atrapó la policía, el no delató a sus compañeros. En el pasado participó en motines, como el de 1987 en Kerkyra, para cerrar este lugar de castigo.

Y hay un caso más -si queremos discutir crímenes nuevamente-, el caso de Sorin Matei. Cuando Matei mantuvo a un policía de rehén, la policía no hizo ningun in­tento de arrestarlo. Cuando Matei tomó a civiles como rehenes, a la policía no pudo haberles importado menos sus vidas. Con el fin de fortalecer su prestigio, la policía invadió el apartamento donde Matei se había refugiado, resultando en la muerte de una joven mujer. La policía de las Unidades Especiales fueron más criminales que Sorin Matei. Tan criminal como el director del Hospital General de Nikaia, Alexiou, quien ordenó el traslado de Matei al hospital de la prisión Agios Pavlos, donde falle­ció ya sea por la paliza que recibió de los policías o por las drogas que le daban… Esto es para mostrar quien es el criminal…

7 de julio de 1999