Entrevista con Anne Hansen de Direct Action

large_52_directaction3

[12-08-03::Green Anarchy]
En 1982, 5 activistas canadienses antiautoritari@s, conocidos como Direct Action, The Wimmin‘s Fire Brigade y Vancouver Five, llevaron a cabo importantes acciones de guerrilla urbana contra la civilización industrial patriarcal.

Cuando l@s cinco anarquistas –dos mujeres y tres hombres- fueron capturad@s por el estado canadiense en 1983, se les acusó de sabotear diferentes industrias que representaban a algunos de los más celebres criminales de guerra, expoliadores medioambientales y explotadores de mujeres y niñ@s.

Los cargos más serios a los que se enfrentaron cuando les capturaron fueron los tres ataques bombas que realizaron durante su periodo de actividad; los tres se realizaron en apoyo de campañas públicas de protesta que fueron muy secundadas: uno contra la planta de la compañía Litton Systems ubicada cerca de Toronto, donde se fabrica el sistema de vigilancia de unos misiles de crucero; otro ataque fue contra un conjunto de transformadores de la eléctrica Cheekeye-Dusmuir, proyecto altamente contaminante que la Columbia Británica quería llevar a cabo en la isla de Vancouver y que se encontró con un fuerte rechazo popular, al considerar much@s canadienses que este proyecto lo único que buscaba era generar energía para aumentar el desarrollo industrial de la isla; y por último contra la cadena de videoclub Red Hot Video, donde se comercializaba con películas en las que se glorificaba la violación y otras formas de brutalidad contra las mujeres y l@s niñ@s.

Además de esto, the Five, fueron también acusad@s de conspirar para atracar un furgón blindado de Brinks, con el fin de financiar su lucha (el atraco no llego a realizarse) y de otra serie de robos a mano armada.

Ann Hansen fue miembro de estos grupos y ha publicado un libro titulado “Direct acción: “Memoirs Of An Urban Guerrilla” (Acción Directa: Memorias de una Guerrilla Urbana). Esta entrevista exclusiva fue realizada por Green Anarchy (GA) en el verano de 2002.
GA: Gracias por concedernos esta entrevista. Estamos muy emocionad@s con la publicación de tu libro sobre Direct Action, ya que ha sido muy edificante para much@s de nosotr@s en el movimiento anarcoprimitivista y del anarquismo verde. ¿Podrías comenzar hablándonos brevemente sobre tu evolución política?

AH: Es difícil resumirlo, pero lo intentaré. Cuando miro hacia el pasado puedo ver la semilla de mi ideología actual tomando forma en mis sueños y juegos de adolescente. Siempre fingí ser una indígena, una esquimal o un caballo salvaje, porque siempre he amado la tierra salvaje y el modo de vida de las tribus. Al mismo tiempo comencé a sentirme muy afectada por el desarrollo industrial que se expandía desde mi casa hasta las afueras de Toronto. Cuando era una adolescente, mi primera vinculación política transparente fue apoyar al FLQ (Front de Libération du Québec), un grupo de guerrilla urbana franco-canadiense, activo a finales de los 60. Como por aquel entonces yo aún no había desarrollado una ideología muy clara, pensaba que tenía una empatía natural por l@s oprimid@s y por aquell@s que luchaban por la justicia.

Mi primer encuentro con una ideología política radical fue el marxismo, que estudié durante varios años en la universidad. Sin embargo, después de colaborar con algun@s marxistas-leninistas en el periódico de la universidad y de leer acerca de la aplicación del marxismo en la URSS, me desilusionó la naturaleza autoritaria de los partidos marxistas. Al mismo tiempo -finales de los 70- viajé por Europa y participé activamente en una red de apoyo a las guerrillas urbanas marxistas RAF (Facción del Ejercito Rojo) y las Brigadas Rojas. La orientación de estos grupos pulió aún más mi crítica al marxismo. Me di cuenta de que había muchos más abusos por parte de las civilizaciones occidentales, que la mera distribución desigual de la riqueza y del poder, como resumían en el concepto de lucha de clases. De hecho, sentí que el marxismo estaba obsoleto y falto de una crítica profunda dirigida a acabar con la alienación de la sociedad moderna hacia la naturaleza y la falta de respeto por otras culturas y formas de vida.

Cuando regresé a Canadá me impliqué en diferentes movimientos, como la lucha por la abolición de las prisiones, el anarquismo, el medioambiente, la lucha indígena, movimientos feministas…luchas que marcaron mi experiencia política. A través del trabajo que desarrollé, me di cuenta de que era necesario un único movimiento revolucionario que pudiese iniciar una campaña más ofensiva contra las causas de estos “problemas”. Único; porque no se basaría en una ideología política estática, sino que evolucionaría y describiría nuestra experiencia diaria. También comprendí que necesitábamos rechazar el pacifismo como ideología porque históricamente sólo ha contribuido a nuestro apaciguamiento. En otras palabras, necesitábamos un movimiento militante revolucionario que pudiese abarcar una diversidad táctica.

GA: Una curiosidad que tenemos y que creemos que nos ayudará a aprender a tod@s aquell@s que queremos cambiar el sistema de forma realmente significativa, es conocer cuales fueron los sucesos en tu vida y el contexto político que te permitieron la transformación desde activista política a guerrillera urbana

AH: Yo crecí durante los 60 cuando el FLQ, uno de los primeros grupos de guerrilla urbana de América del Norte, estaba en activo en Québec, Canadá. Leí el libro de Pierre Valliere, White Niggers of America, y acepté que la élite empresarial inglesa nunca permitiría a Québec separarse de una forma pacífica de Canadá. Yo era mayor de edad en el 1973 cuando la CIA respaldo el golpe militar de Pinochet frente al gobierno democráticamente elegido de Salvador Allende en Chile. Y por supuesto, mi infancia y juventud estuvieron llenas de noticias sobre la campaña de los EE.UU. para aplastar al Viet Cong en Vietnam. Yo no tenía una ideología muy definida durante aquellos años, pero era capaz de comprender que el ejército de los EE.UU. continuó su guerra contra Vietnam a pesar de las protestas pacíficas de l@s estudiantes norteamerican@s.

Incluso entonces me di cuenta de que la única razón por la que el gobierno americano abandonaba Vietnam era porque no podían ganar contra las tácticas de guerrilla del Viet Cong y el apoyo que recibían por parte de l@s vietnamitas.

No tuve que ir a la universidad a estudiar política, para llegar a la conclusión de que las empresas y el gobierno estaban utilizando al ejército contra las personas, para proteger sus intereses. Simplemente tenía que leer el periódico y escuchar las noticias. Noticia tras noticia durante finales de los años 70 consolidaron este hecho. Las guerrillas sandinistas en Nicaragua disfrutaban de un amplio apoyo popular, no obstante la CIA apoyaba a la contra para derrocar al FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional). En El Salvador la CIA apoyaba a los escuadrones de la muerte que masacraron a lugareños, líderes religiosos, mujeres y niñ@s.

Yo no era la única activista política en Canadá que apoyaba al FLQ, al Viet Cong, a l@s Sandinistas y al FSLN. Sin embargo yo fui una de l@s poc@s que mantuvo su apoyo a la lucha armada al sur de Rio Grande. Much@s activistas de esa época, y desafortunadamente todavía hoy, apoyan a grupos de guerrilla de los llamados países del tercer mundo pero cómodamente defienden que las mismas tácticas no son efectivas aquí en Norte América o Europa. Esta exención privilegiada evita a l@s radicales blanc@s europe@s o american@s tener que enfrentarse a los peligros de la muerte o la prisión, bofetadas del imperialismo y el racismo. Viendo el porque de esta hipocresía, concluimos que las acciones militantes eran mas importantes en el corazón del imperialismo. Creíamos que podían jugar un papel en el desarrollo de un movimiento revolucionario y tenían que empezar en algún lugar y algún día, ¿por qué no ahora?

GA- ¿Qué errores, de los que podamos aprender hoy, cometisteis cuando realizabais acciones militantes?

AH- Creo que el error mas obvio fue depender de los guardas de seguridad y de la policía para evacuar la planta de Litton antes de que explotara la bomba (n.d.t. varias personas resultaron heridas ya que no se evacuó a tiempo. Los guardas de seguridad, fueron avisados por teléfono, de la colocación de un artefacto explosivo.).

Es un gran error depender de los guardianes del estado para actuar sin cometer errores, sobre todo si la seguridad de la acción depende de ello. Este error condujo a que hubiese herid@s.

Las acciones revolucionarias deben evitar por todos los métodos posibles herir vidas de animales o personas, por razones morales y de efectividad. Una vez que te embarcas en el camino de que tus objetivos sean personas, ¿donde se sitúa el límite? En la economía global actual, tod@s somos responsables pero inocentes. No podemos controlar si hemos nacido sobre una manta gris en un campamento de refugiad@s afgan@s o en una mansión con cuchara de plata en nuestras bocas. Por supuesto a medida que crecemos, somos más y más responsables tanto de nuestras responsabilidades sociales individuales como de las de la sociedad en la cual hemos nacido. Como resultado, aquell@s que han nacido con dinero y poder son más responsables de la opresión de sus sociedades, pero incluso las personas con pocos recursos económicos tienen responsabilidad de corregir las injusticias de sus sociedades.

A parte de ser inmorales, las acciones militantes cuyos objetivos son personas, son generalmente poco efectivas porque incluso la/ el individu@ más responsable y censurable es sustituible en esta economía global que esta dirigida por las empresas multinacionales. Por ejemplo, si el gerente principal de una empresa petrolera apoyara la firma del Tratado de Kyoto y utilizara sobre todo energías renovables, acabarían despidiéndolo de su puesto de trabajo. A menos que esta persona, mantuviese el precio de las existencias y consiguiese una subida en el valor de las acciones, sería rápidamente sustituida.

Pero aún más importante que el hecho de que l@s individu@s sean reemplazables para la economía actual, es el hecho de que a las empresas no les importe un bledo la vida a menos que les cueste dinero. No hay más que fijarse en todas las políticas controvertidas que llevan a cabo hoy en día las empresas. Por ejemplo la compañía farmacéutica Glaxco se enfrentó a las leyes del gobierno de Sudáfrica que pretendía distribuir medicamentos genéricos asequibles para las victimas del SIDA en África o la compañía Shell que emite grandes cantidades de gases ácidos contaminando y matando a pueblos enteros de Nigeria. La decisión del tribunal de NAFTA, permitió a la compañía Metalclad descargar residuos tóxicos en un pueblo mexicano, contaminando así su agua potable e incumpliendo una ley local que declaraba ilegal esta práctica.

Aceptémoslo, las empresas se lavan la cara adoptando una postura de preocupación frente a las perdidas humanas cuando son debidas a sus actividades, pero realmente cuando sufren, es cuando los márgenes de sus beneficios se estrechan, sus existencias caen, cuando el capital se ve afectado negativamente. Aquí es donde las empresas son vulnerables y por ello este debe ser el objetivo de l@s activistas.

A parte del error cometido al confiar en los guardas de seguridad y en la policía, para la evacuación de la planta y la prevención de que alguien pudiese salir herid@ en el ataque bomba sobre Linton, también me gustaría reflexionar y cuestionar de una forma global nuestro método organizativo como una célula clandestina de guerrilla bien preparada. No quiero llegar al extremo de afirmar que tanto ahora como en el futuro, la formación de células de guerrilla clandestinas son un error, pero creo que hay otros métodos que actualmente son más efectivos.

Nosotr@s creamos nuestro grupo basándonos en las guerrillas urbanas de los años 70 de la RFA, Italia y los EE.UU. Estos grupos, a su vez, se basaron en las guerrillas de Palestina y Sudamérica, que actuaban bajo condiciones extremas de represión, en países donde disfrutaban de un gran apoyo popular. Las condiciones sociales (la situación social) de Palestina y América del Sur son muy diferentes de las de los países industrializados de occidente. Ell@s actuaban en países donde no existían oportunidades legales de organizarse o resistir. Y podían contar con un número importante de personas que se unían o apoyaban a las fuerzas de las guerrillas.

Estas guerrillas vivían de forma clandestina para evitar ser capturad@s por la policía. Esto conlleva procurarse una identidad falsa, utilizar armas y llevar a cabo robos y secuestros para financiar su actividad. Muchas de sus acciones políticas implicaban poner bombas, secuestrar y asesinar.

Este estilo de vida de alta capacitación que suponía un aislamiento social, es el modelo que nosotr@s decidimos seguir a pesar de que no somos partidari@s del asesinato o de que alguna persona resulte herida con nuestras acciones. En poco tiempo el estrés y el aislamiento de nuestra forma de vida nos pasaron factura. Nos encontrábamos deprimid@s y comenzábamos a estar aislad@s de nuestra comunidad.

Sería una ingenua al creer que las condiciones en América del Norte han mejorado desde principios de los años 80. Hay todavía una pequeña proporción de la población que se identifican como revolucionari@s y que apoyarían la “lucha armada”. Como consecuencia, un grupo similar al nuestro es más que probable que comenzarse a aislarse de su comunidad, comenzaran a mostrar poco juicio y con el tiempo serían arrestad@s, sin que existiera ningún tipo de continuidad.

Durante principios de los 80, The Wimmin´s FIRE Brigada (WFB) disfrutaron del más amplio apoyo popular y fue el grupo que consiguió mayor éxito en la obtención de sus objetivos de acabar con la cadena Red Hot Video que ofertaba una pornografía particularmente violenta. El grupo WFB estaba constituido por mujeres de la comunidad que realizaban los ataques bomba y después inmediatamente se mezclaban de nuevo dentro de la comunidad. No tenían que vivir en la clandestinidad, obtener identificaciones falsas, armas, dinamita o llevar a cabo robos. Creo que este modelo es aún el más efectivo en las condiciones actuales. Probablemente lo más cercano a las Wimmin´s FIRE Brigada sea el ELF y el ALF.

GA- A menudo nos encontramos frustad@s por la falta de apoyo (físicamente por el la falta de apoyo a pres@s políticos y de palabra por sus acciones e ideas) hacia los grupos que se encuentran en la clandestinidad, que tienen ideas y direcciones similares a otros grupos que no se encuentran en la clandestinidad o a individu@s. Parece que para que exista una resistencia significativa es necesaria una conexión a cierto nivel entre las células clandestinas y los amplios movimientos sociales. ¿Qué opinas acerca de ello?

AH- Por supuesto es muy importante que exista ese apoyo que comentáis. La típica división surgida en torno a la cuestión de “violencia” versus “no violencia” y en torno a la identificación como revolucionari@s o reformistas. Creo que es importante que aquell@s de nosotr@s que nos definimos como revolucionari@s y que entendemos que las acciones directas que implican sabotajes económicos no son “violencia” explícitamente, lo expresemos claramente. Hay mucha gente que ha elegido no pasar a la “clandestinidad”, pero pueden realizar una acción importante renunciando claramente a permanecer cayad@s o marginad@s. Cuanto mayor sea la transmisión directa y hablada mayor será la posibilidad de que la gente oiga nuestras ideas y las entienda. Hay mucha gente hay fuera, que apoya en silencio a los grupos clandestinos pero que teme apoyarles directamente por miedo a sentirse aislad@ y sol@.

Quizá l@s anarquistas que no están en la clandestinidad deberían crear sus propios grupos de lucha por el medioambiente, la abolición de las prisiones, la liberación animal, feministas… grupos basados en políticas antiautoritarias y militantes. Porque much@s radicales se unen a grupos como Sierra Legal Defense Fund, Greenpeace, Humane Societies porque quieren ser “legales” y aceptad@s por la sociedad. Desafortunadamente en su desesperación, acaban cooperando y adoptando posturas reformistas.

Cuantos más seamos l@s que nos levantemos y digamos quienes somos y que somos, sin la obligación o la mediación para ser aceptad@s, mayores serán las probabilidades de que la mayoría silenciosa nos oiga y se una a nosotr@s.

GA- Nosotr@s pensamos que es importante que los grupos mantengan su autonomía dentro del amplio contexto de la lucha política, y fomentar los métodos anti-masa de organización. ¿Crees que las estructuras de células o grupos de afinidad son métodos efectivos de organización ¿Y cómo crees que puede esto encajar dentro de la lucha global?

AH- Creo que las células o los grupos de afinidad son efectivos siempre y cuando haya una serie de principios básicos que se respeten. Este es el modelo que siguen el Black Bloc o el ELF/ALF. La razón de tener una serie de principios básicos evitará que algun@ rebelde ingenu@, lleve a cabo alguna acción injustificable en el nombre del grupo y con ello les desacredite. A pesar de que el desacreditar a un grupo determinado, es uno de los métodos empleados por la policía, bastante gente pasa por alto el hecho de que algun@s rebeldes bien intencionad@s, no posean la madurez política necesaria para dirigir sus acciones contra objetivos dignos. Sin unos principios políticos básicos que guíen las acciones, es posible que algunas personas reaccionaran espontáneamente contra comercios pequeños, individu@s, coches utilitarios, etc.

Algunos principios básicos que pueden guiar las acciones de grupos de afinidad autónomos son: 1) Se debe evitar en lo posible que resulten herid@s personas o animales durante la realización de las acciones. 2) que los objetivos de las acciones sean las multinacionales y estructuras gubernamentales 3) las acciones deben ir acompañadas de comunicados donde se refleje la política del grupo.
La fuerza de la estructura de la célula o el grupo de afinidad es la posibilidad de que l@s individu@s puedan trabajar íntimamente unid@s, el conocerse bien un@s a otr@s y evitar así infiltraciones policiales. A pesar de ser estructuras cerradas también pueden formar parte de movimientos mayores sin sacrificar el elemento personal que un grupo de afinidad proporciona.

GA- A menudo como personas que trabajamos por una transformación social, nos quedamos atrapad@s por una ideología política. Algun@s de nosotr@s estamos intentando sobrepasar la política y conectar con la gente a niveles más básicos, como pueden ser la alienación de nuestras vidas, como podemos alimentarnos nosotr@s mism@s, sobre el mundo tóxico e insalubre en el que vivimos, y nuestro vacío espiritual. ¿Crees que esto es un método positivo para aproximarse y conectar con la gente de una forma no autoritaria y no- ideológica?

AH- Creo que la forma en la que una persona se relaciona con otras personas a un nivel básico, del día a día, no puede trascender la política porque es política. La política es una palabra que describe las relaciones sociales que una sociedad ha desarrollado para funcionar como un todo. Estas relaciones pueden estar determinadas por una ideología estricta dictada por el estado o, en una sociedad sana, por el pensamiento libre de individu@s que actúan de acuerdo a sus principios éticos. El gran riesgo de situar una ideología política en el pedestal, es que puede convertirse en una religión, un sistema de creencias con el cual uno desarrolla una identidad.

L@s individu@s comienzan a definirse a si mism@s por su ideología más que por sus propias acciones: el síndrome de “soy lo que digo y no lo que hago”. La política no es lo que predicamos sino como la vivimos y nos relacionamos con otras personas de nuestra comunidad.

GA- Acción Directa fue uno de los únicos grupos armados o grupos clandestinos anarquistas (por lo que nosotr@s sabemos) que se dirigían explícitamente contra la sociedad industrial y el patriarcado y que tuvieron como objetivos a instituciones que reproducían y perpetuaban el sistema patriarcal. ¿Qué crees que podemos hacer hoy en día, para atacar a este sistema de dominación?

AH- Mi opinión actual sobre la sociedad industrial y el patriarcado no es muy diferente de la que tenía hace 25 años. Aún sigo creyendo que la civilización industrial y el patriarcado se basan en un sistema de valores materialista que adora el poder y el afán de lucro. Todo nuestro sistema económico capitalista se basa en este sistema de valores y lo refuerza hasta el punto de que es difícil decir cual determina a cual, si el sistema económico determina al sistema de valores de la sociedad o viceversa. Es complicado.

L@s economistas, en general, insisten demasiado en la importancia de las relaciones económicas en las vidas de la gente. A pesar de que l@s seres human@s son mucho más complej@s que simplemente seres materialistas con necesidades materialistas. Estoy de acuerdo en que la forma en que una persona se gana la vida, y por consiguiente gasta gran parte del tiempo de su vida, va a ser un determinante de primera clase sobre sus valores y como vive. Así, aquell@s de nosotr@s que vivimos en sociedades capitalistas, estamos constantemente condicionad@s a valorarlo todo en función de su valor económico; los árboles como madera, las montañas como recursos minerales, la gente como consumidora, l@s animales como carne o animales de compañía.

No todas las sociedades le han dado un lugar tan privilegiado a la economía o el materialismo. En concreto, hubo muchas sociedades tribales que le daban más importancia al “mundo espiritual” y a la naturaleza.

Desafortunadamente, sospecho que algunas de estas sociedades tribales han sido infectadas por el patriarcado. No creo que la sociedad industrial sea su única área de dominio. L@s human@s son criaturas imperfectas y no importa en que tipo de sociedad vivamos, nunca llegará el día en que no tengamos que estar alerta y preparad@s para luchar de nuevo contra el patriarcado, la avaricia y el poder.

Si vamos a crear sociedades mejores, debemos trabajar a diferentes niveles. Nuestras vidas personales deben reflejar nuestra ideología política. Así debemos tener en cuenta lo que comemos, donde compramos, como nos relacionamos con l@s demás, y donde trabajamos. Al mismo tiempo, creo que debemos desarrollar un movimiento ofensivo contra el estado empresarial, porque si esperamos que se hunda por si mismo, nos encontraremos a nosotr@s mism@s y a cualquier otra forma de vida sobre el planeta, hundiéndonos con el barco.

Así que no creo, que haya una contradicción entre vivir nuestra política y trabajar junt@s, como un movimiento que reemplace a la sociedad existente por otra nueva.

GA- ¿Cómo crees que evolucionará la situación actual política y medioambiental en los próximos diez años? ¿Te sientes optimista o desalentada respecto a nuestra capacidad de construir un movimiento, que realmente cambie el sistema industrial-patriarcal en su totalidad, o crees que se nos ha acabado el tiempo?

AH- Sobre los próximos diez años, si la élite de las empresas occidentales sigue con el control, las multinacionales continuarán consolidando su poder sobre todos los gobiernos. Esto generará una situación complicada para aquell@s que viven en el hemisferio sur y este. Los gobiernos continuarán perdiendo cualquier tipo de control legislativo sobre las empresas, y las empresas mantendrán la tendencia actual de consolidación de su poder a través de organismos no- democráticos como la Organización del Comercio Internacional, el Banco Mundial, el ALCA (Área de libre Comercio de las Ameritas), etc.

A medida que las empresas crecen, invaden más y más cada espacio de nuestras vidas, hasta que dentro de poco, será muy pequeño el espacio no poseído por la cultura empresarial. Existirá una mono-cultura empresarial occidental enorme, espectacular en su superficialidad, sin embargo destructiva más allá de la lógica. La gente de este planeta llegará a estar tan domesticada e institucionalizada, que pronto tendrá tanta capacidad de pensar libremente y de ser independiente como una granja de gallinas.

Opino que la mayor amenaza para la gente que intenta construir un movimiento en el mundo occidental industrializado no es la policía ni el estado, sino más bien nuestra propia abundancia, nuestros privilegios y condición social. Cada vez más como gallinas de un gallinero, nos hemos vuelto más incapaces de sobrevivir al margen de un medio artificial que hemos creado para nosotr@s mism@s; lavados de cerebro que nos hacen creer que la única forma de vivir es como estamos viviendo ahora.

A veces temo que se nos acabó el tiempo, pero aquell@s de nosotr@s, que no hemos perdido nuestro espíritu hacia el mundo empresarial, no tenemos más alternativa que “enfurecernos por la muerte de la luz” como dijo Dylan Thomas. No tenemos otra alternativa posible, más que ser libres, apasionad@s, salvajes, y creativ@s Y preferimos caer luchando a caer muert@s antes de lograrlo.

No creo que seamos revolucionari@s porque pensemos que podemos “ganar” o “tener éxito” en nuestro objetivo final. No tenemos elección de ser algo diferente a lo que somos: las concesiones provocan una muerte de espíritu, emocional e intelectual. Vivimos de forma alternativa porque creemos que es lo correcto, no porque queramos “ganar”.

GA- ¿Cuál es actualmente tu situación legal?

AH- Estoy en libertad condicional por el resto de mi vida, lo que significa que tengo que informar de mis movimientos a la persona encargada de mi custodia, así como cumplir cualquier requisito que la comisión de liberaciones (n.d.t. comisión que gestiona y otorga la libertad condicional de l@s pres@s) estipule. Sino podrían enviarme de nuevo a prisión. Es como estar atada por una cadena larga.

GA- ¿En que proyectos estas trabajando actualmente?

AH- Trabajo por la abolición de las prisiones. Luchamos contra las cárceles desde una perspectiva revolucionaria. Creo que la clave cuando trabajas en temas relacionados con las prisiones es colaborar con una asociación que tenga una actitud revolucionaria, para evitar así las acciones reformistas.

A nivel individual estoy involucrada en el rescate de animales y trabajando en otro libro sobre como afecta la prisión a la vida de una persona, y el papel que juega esta en la sociedad. A largo plazo me gustaría ver una coalición de diferentes grupos que trabajasen libremente con flexibilidad pero juntos, en base a la existencia de principios comunes. Que compartiesen unos análisis revolucionarios no autoritarios, apoyando la diversidad de tácticas que incluirían la acción directa, respetando toda forma de vida y las diferentes culturas que existen sobre este planeta.

Green Anarchy #10

Traducción Palabras de Guerra

http://flag.blackened.net/pdg