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Hace tiempo que queríamos hacer este texto. Creemos que es importante tener presente a este anarquista tan influyente en un momento, tan perdido por lo menos en algunas regiones y tan olvidado por la historia oficial. Olvido en parte compartido también, además, por movimientos muy preocupados por el “buenísmo” de sus integrantes frente a “la gente” a quienes hay que caerles bien. Y no se le cae bien al parecer a “la gente” mostrando la realidad si fue de lucha real, sino por el contrario al parecer hay que dar lástima.
Más allá de la espectacularidad de la vida (espectacular en sentido de espectáculo, de show) de los hechos que se entrecruzan en estos relatos, su importancia, creemos, reside en otro punto también muchas veces pasado un poco por alto. Punto en el cual han colaborado nuevamente ciertos historiadores sumado a la repetición acrítica de muchos de sus lectores. Las reducciones hechas a la historia anarquista dan pena, conclusiones baratas hechas buscando un fin estético o por gente preocupada más por el show que por mostrar la complejidad de lo vivo. Nosotros por lo menos intentamos alejarnos tanto del uso fantástico del texto para la “propaganda”, como de la reducción del mundo anárquico a anarquistas “buenos y malos” tan común aveces. Galleani supo, además de ser un entusiasta de las ideas, un conferencista laborioso y un anarquista hecho y derecho, como todo hombre de pelea elegir y discernir a su enemigo. Este era el Poder, el Estado, todo explotador y toda dominación. Mantuvo siempre, y constantemente su pensamiento, discutió sus ideas acá y allá. Y la discusión no sólo la hizo con el reformismo sino con compañeros de ideas contrarias. Así, por ejemplo, discutió mucho con los promotores de cierta forma organizativa para el movimiento, celando siempre y ponderando la libre asociación y la libertad. Pero esto no le impidió jamás saber en donde estaba ubicado el enemigo, se mantuvo siempre solidario y no confundió al que piensa diferente con el que está en el otro bando. Mantuvo vínculos siempre con otros anarquistas con los cuales sin embargo tenía diferencias como con Malatesta. Su influencia en el movimiento fue innegable, aquellos compañeros y compañeras vinculados directa o indirectamente al periódico Cronaca Sovversiva dieron una batalla feroz contra la guerra, la militarización de la sociedad, las malas condiciones de vida, la sumisión al salario, el alcahueterismo de los aspirantes a políticos, los fantasmas de la religión o el Estado y toda dominación. Seguramente lleno de los errores, penas y furias que sólo el que hace, el que pelea conoce o le suceden, fue el accionar de estos anarquistas tan marcadamente coherentes. El asesinato de dos de sus compañeros Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti se convirtió en la última gran campaña internacional e internacionalista por la defensa de algún luchador que se haya hecho (hasta ahora). Durante los agónicos tiempos del proceso estallaban bombas, mítines, huelgas, manifestaciones, ventanas rotas de consulados y embajadas. Colombia, Venezuela, Brasil, Sudáfrica, Londres, Francia, Polonia, Australia, India, Japón y distintas ciudades de Estados Unidos fueron algunos de los testigos de lo dicho. Cuando finalmente el Estado los asesinó los atentados se hicieron sentir en lugares como la Habana, Buenos Aires o Montevideo, y grandes protestas mostraron que no hubo silencio cómplice en donde vivían hombres y mujeres con dignidad. Luego, las guerras mundiales y la crecida de la represión anti anarquista y anti revolucionaria sumado al efecto del sovietismo sobre las poblaciones diezmaron por un tiempo la voz de los antiautoritarios amantes de la acracia…
El texto lo hemos hecho tomando diversas fuentes, en ingles, castellano e italiano, si bien muchas cosas se repetían la contrastación de los textos, salvo alguna pequeña diferencia, nos sirvió para estar seguros de los datos que aportamos. Todo además fue complementado con la lectura atenta de varios de los propios textos de Galleani, lo cual permitió acrecentar y profundizar lo sabido. Hay que saber para pelear y pelear para saber.