Nota El Sol Ácrata:
Compartimos este artículo, publicado originalmente en El Sol Ácrata N°31 (Abril, 2016), donde se reflexiona en clave geopolítica en torno a la problemática del Proyecto RT-Sulfuros, el cual implica, entre otras nefastas secuelas, la ampliación del Tranque de Relaves en el Salar de Talabre, la instalación de nuevas plantas de procesamiento e infraestructura asociada, iniciativas de la megaminería que solo buscan profundizar el saqueo de los recursos naturales y el despojo de las comunidades en el Desierto de Atacama, norte árido de la región chilena. ¡Lucha por la Tierra contra la Megaminería!
Desde hace un par de meses, las comunidades de Chiu Chiu y Calama se encuentran luchando contra la aprobación del proyecto RT Sulfuros, el cual da luz verde a la ampliación del Tranque de Relaves ubicado en el salar altiplánico de Talabre, convirtiendo esta zona en un gran vertedero industrial de la megaminería. El proyecto, dependiente de Codelco en su línea Radomiro Tomic, busca ampliar el rango operativo del embalse, aumentando esta “zona de sacrificio”, como la han llamado descaradamente algunos políticos, pese a las nefastas secuelas ecológicas y sociales que esto trae para las comunidades.
Dentro de las consecuencias más inmediatas, se encuentra el daño irreparable a los acuíferos del río Loa, los cuales ya se han visto afectados por la filtración de elementos contaminantes a través de napas subterráneas, producto de la nula impermeabilidad de los embalses. Esta situación impacta enormemente a la comunidad de Chiuchiu, donde la agricultura es una de las principales actividades de sustento de la población, lo que incluso podría conllevar a una fragmentación de las relaciones sociales, dada la imposibilidad de continuar sus costumbres ancestrales de cultivar la tierra, imponiéndose como estilo de vida el modelo minero- extractivista de saqueo de los recursos naturales, amparado en el mito de la abundancia y en la supuesta necesidad de “desarrollo y progreso” para la población.
Bien sabemos que estos discursos son igual de truchos que las “consultas ciudadanías” y “estudios” de impacto ambiental que presentan las mineras, cuyas donaciones, medidas de “mitigación”, promesas de “responsabilidad empresarial” e “innovación tecnológica”, no son más que la reducción de impuestos y evasión a la responsabilidad que les cabe en la devastación ecológica que afecta a gran parte del Desierto de Atacama.
Por otra lado, la ampliación del tranque de relaves es sólo una arista del proyecto RT Sulfuros, el cual se extiende a seis comunas de la región (Calama, Sierra Gorda, Antofagasta, Mejillones, Tocopilla y María Elena), contemplando la instalación de una planta desalinizadora (14kms al sur de Tocopilla), 160kms de tubería subterránea (debajo del Río Loa), tendidos eléctricos, una planta concentradora y nuevas vías de saqueo, las que tendrían su puerto de exportación en el ya crítico complejo portuario de Mejillones. Todo esto con la intención de explotar a rajo abierto 354.000 toneladas de cobre fino, más 7.000 toneladas de concentrados de molibdeno de forma anual, como declara el propio Codelco.
Del mismo modo, este proyecto representa uno más de los múltiples planes de destrucción del territorio por parte de las firmas transnacionales que financian la megaminería, en total complicidad con el gobierno chileno y el resto de los estados latinomericanos, los que justificados en la mentada “integración” del continente, no hacen más que poner precio a los recursos naturales y favorecer su explotación, facilitando la rápida circulación de las mercancías a escala internacional, a través de corredores bioceánicos, largas carreteras, centrales energéticas y otros megaproyectos, que encuentran su articulación en acuerdos como el I.I.R.S.A (Integración de la Intraestructura Regional Sudámerica), pacto firmado en UNASUR (Unión de Naciones Suraméricanas) en mayo del 2008. Cabe consignar que tanto RT Sulfuros, como la concesión de las carreteras regionales, la ampliación del puerto de Mejillones, la instalación de los galpones ATI y la internacionalización del aeropuerto en Antofagasta, responden a un entramado de proyectos que involucran tanto al Desierto de Atacama como a la pampa argentina, el territorio paraguayo y el sur brasileño, extensa área que compone el Eje Capricornio en el plan de saqueo I.I.R.S.A.
Es por todo esto que sostenemos la necesidad de luchar por la defensa y la autonomía de los territorios, rechazando a quienes buscan convertir estos movimientos en trampolines políticos de sus carreras y a quienes negocian a espaldas de las comunidades. Además de profundizar en esta problemática desde una perspectiva más geopolítica, como señalan las compañeras del “El Kintral”, una reflexión que vaya más allá del “ambientalismo del metro cuadrado”, poniendo al mismo tiempo en práctica, nuevas relaciones comunitarias y horizontales entre nosotrxs y para con la naturaleza. De esto y no de la judicialización depende la autonomía de nuestro territorio y la salud de nuestras comunidades.
¡Lucha por la Tierra!
¡Contra el Capital y la Megaminería!
SOL ACRATA
El Sol Ácrata N°31, Abril del 2016.