Texto y triptico contra monsanto.

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Este ejemplar es una reedición con algunas modificaciones de un panfleto escrito en el contexto de debates y definición de criterios en una lucha impulsada por individuos en tendencias distintas. Pretendió y pretende ser un aporte a una profundización que resulta necesaria; una profundización en términos y criterios esenciales, los que tienen que ver con la dimensión de la lucha, tratando de hacernos con la seriedad y la madures que nos permita estar a la altura del enfrentamiento que nos planteamos al proyectarnos hacia la revolución social. Por lo demás, es solo eso: una posición entre otras, una forma de expresar entre otras… El sentido crítico con el que deben ser abordados los aportes llevará a l*s lector*s a ver que es un planteo general aplicable a otras situaciones y que a través de este texto se pueden disparar varios debates posibles. Ojala así sea.

El cuestionamiento, la autocrítica y el debate fraterno hacen de la sinceridad el componente fundamental que puede determinarnos como compañer*s, como revolucionari*s. No es una novedad que esa sinceridad y la voluntad de coherencia es determinante para la libertad que buscamos y sin embargo, el contexto en que nos pone el Estado y la conformación de las personalidades que consigue el Poder a través de los mecanismos culturales de enajenación, hacen que remarcar cosas tan básicas sea necesario. Si bien el contenido del texto habla en sí mismo, no dejan de ser palabras, es decir no dejan de ser reducciones, y por eso quizá sea necesario remarcar algunas cosas: que el texto, como otras cuestiones haya sido escrito y difundido con poco tiempo, lo que determina de alguna manera posibles limitaciones en el modo de expresar (que se suman al problema del “hacerse entender” en sí, el problema de la comunicación, y un lenguaje que no sea determinado por la 31 pertenencia a ningún gueto); y que se suma, también, a la urgencia general con que se abordan otras prácticas más allá de la acción de tomar la palabra, hablan de la necesidad de, si se va a encarar un proyecto de intervención en la realidad por la revolución, hacerse con el tiempo necesario para pensar y preparar mejor. Dicho de otro modo, construir un proyecto implica no correr detrás de los acontecimientos, sino estar listos para elegir el momento propicio. Sabemos, de todas formas, que siempre hacemos lo que podemos, lo que esté a nuestro alcance y con las mejores intenciones. Sobre lo reiterativo de algunos planteos, digamos, la redundancia, se debe a la necesidad de hacer hincapié en ideas que se quiere queden claras en la construcción de un proyecto de difusión particular que quiere instalar ciertas “esencias” desde lo básico.

El subtítulo, “no se puede luchar en son de paz” ojala no se malinterprete: el planteo sobre la necesidad de la violencia revolucionaria, quiere quedar por completo fuera de la verborragia, la línea discursiva e incluso la práctica de aquellas tendencias a constituir un proyecto únicamente en base a la violencia. La necesidad de la violencia debe ser planteada como eje y practica importante en los proyectos revolucionarios diversos que se encuentran y confluyen en la lucha por la libertad, pero no deben ser, a mi entender, el eje principal en la lógica que impulsa las prácticas y mucho menos estar acompañadas de cataratas de palabras que expresan un “odio inconmensurable” que no aporta nada. La violencia es una necesidad pero ojala no lo fuera. El odio es entendible y lógico, pero queremos una realidad de amor social en libertad, y en la búsqueda de una práctica consecuente con dicha libertad iremos asumiendo las practicas que podamos, preparándonos para ir a más pero sin discursos exagerados ni alardes que le quiten seriedad a la necesidad y realización de la práctica subversiva.

Con un abrazo fraterno a los que deseen dicha sinceridad , a l*s compañer*s, que son l*s que se arman de respeto y fuerza para defender el amor social, la revolución por la libertad. De la Periferia Ediciones: por la profundización de la lucha social, a la creciente anarquía.

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Monsanto triptico