As for Gryundik of 210, I wonder if his interview was indeed taken down because of “misinterpretations,” or if it was because people who organised their gigs in Western Europe could read Russian and began to ask questions. I would really like to see a detailed statement from him clarifying the exact issues which were misinterpreted in the interview.
One explanation of crude anti-Caucasian racism, openly present in the scene in the last couple of years years, is an ill-informed reaction against the aggressive subculture amongst Caucasian youth, which is quite similar to the “gopnik” subculture of Russia. This rather aggressive subculture, the rough equivalent of the British chav subculture, which targeted any youth taking part in “western” subcultures, used to be widespread in Moscow up until 10 to 15 years ago, but has survived amongst Caucasian migrants. Violent encounters with representatives of hardcore and other subcultures happen from time to time. Although streetfights between youth subcultures are hardly a clash of civilizations, the other side in the division are muslims and a substantial part of it sympathises with the ongoing Islamist insurrection in Northern Caucasus.
Sobre el racismo en la subcultura antifa y hardcore rusa
En febrero, apareció una crítica a las bandas de Moscú, “What We Feel” (WWF) y “Moscow Death Brigade” (MDB) escrito por “Antifascist Subculture Worldwide”, un colectivo alemán en la web Linksunten (en Inglés). Tanto WWF, MDB (1), así como “210” (2) [aqui en castellano] ya han respondido las críticas. Me gustaría añadir algunos apuntes a las respuestas de WWF y MDB.
Tal y como yo lo veo, el problema principal en el artículo de “Antifascist Subculture Worldwide” es el enfoque elegido y el público a quien va dirigido. Mientras escribo esto, ya ha pasado un mes desde la publicación del original, aún así sólo hay disponible una traducción al inglés, y ninguna al ruso. Básicamente, el autor habla desde la escena alemana, sin invitar a la participación de la escena hardcore rusa. Este enfoque sirve como refuerzo a los estereotipos racistas habituales sobre la gente de Europa del este como bárbara e ignorante, cuyo racismo, sexismo y homofobia es de naturaleza genética y con la que es imposible establecer un debate profundo sobre cualquiera de los temas mencionados.
La realidad es que en Rusia hay personas teniendo este tipo de debates, personas dentro de las subculturas antifa y hardcore con perspectivas antirracistas, feministas y queer, y es una pena no invitarles a participar en el debate. Es obvio que lxs autores del texto tienen un excelente conocimiento del idioma ruso y podrían haber sacado una versión en ruso si les hubiera interesado.
Un segundo problema es esta argumentación escopeta. Se lanzan más acusaciones de las que realmente se demuestran; por ejemplo, el texto se refiere en varias ocasiones a la “homofobia”, sin mencionar explícitamente a MDB o bien WWF, sin embargo, se deja que el lector infiera que estas bandas tienen posiciones homófobas. Es indudable que hay problemas con otras bandas de la escena antifa rusa por ser homófobas; por ejemplo la canción de Klowns: “Burn in hell” cuya letra es:
“La vieja Europa se acerca a su desaparición,
qué tipo de futuro le espera?
Los migrantes están viviendo allí de los subsidios,
escupen sobre la ley,
se legaliza el matrimonio homosexual,
familias destruidas …”
Aunque Klowns nunca se habían identificado como una banda anarquista, sólo viraron hacia el estalinismo rojo-marrón1 en 2014 bajo la influencia de una ola masiva de propaganda estatal generada para apoyar la participación de Rusia en la guerra en Ucrania. Klowns es ahora la versión subcultural del canal estatal ruso Rossiya 1 controlada por Dmitri Kiselyov.
Cabe la posibilidad de que las opiniones de estos Klowns, rojo-marrones1 renacidos, no sean aceptados por la comunidad hardcore, y la banda en su lugar acabe en la segregada escena punk nacional-bolchevique que ha existido en Rusia desde los años 90 y que tradicionalmente no convive con el hardcore. El 9 de mayo 2015 Klowns fue invitado a tocar en Moscú con Echelon, banda nacional-bolchevique de toda la vida, y los estalinistas madrileños Nucleo Terco. Corresponde a la comunidad hardcore rusa decidir si estas posiciones serán toleradas o no, pero la escena todavía tiene que dar su última palabra.
También es evidente que algunos de los temas que se presentan en el texto deben ser mirados como mera expresión de la narrativa alemana. Por ejemplo, se menciona que “es importante estudiar la historia de la joven escena de izquierda en Rusia”, pero incluso la gente que critica aspectos sexistas, machistas y homófobas de la escena hardcore, rara vez se identifican a sí mismos como de izquierdas. En la tierra donde una vez gobernaron Lenin y Stalin, el término “izquierda” rara vez tiene sentido, y la mayoría de las personas que critican aspectos homófobos, sexistas y racistas de la escena hardcore son más propensos a auto-identificarse como anarquistas (aunque para ser honestos, últimamente muchos anarquistas son propensos a ser más parte del problema que de la solución).
El artículo de “Antifascist Subculture Worldwide” se centra casi exclusivamente en bandas de Moscú, una ciudad en la que la mayoría de los antifascistas siempre ha sido apolíticos “patriotas.” Los anarquistas han dominado tanto la escena antifa como la hardcore en un buen número de ciudades rusas. Históricamente, el Antifa en Rusia ha sido una amplia alianza entre anarquistas, izquierdistas, liberales e incluso gente de derechas no-nazi de la subcultura del hardcore.
Con la amenaza nazi casi completamente ausente de la escena hardcore de Moscú, la guerra en Ucrania ha aumentado las divisiones ya existentes en el seno de la escena, y Antifa ha perdido gran parte de su relevancia. Como consecuencia, las personas al principio andaban rondando como “patriotas apolíticos” se están inclinando más hacia la derecha. Pero debido a las amistades del pasado y las lealtades que se formaron durante los años al unirse a una banda que significaba poner su vida en peligro, la gente todavía se mantiene unida, incluso con su ideología a la deriva en direcciones opuestas. Por ejemplo, cuando Anton Fatullayev, ex-preso antifa que participó en el ataque derechista contra la manifestación del 8 de marzo en Moscú la primavera pasada, murió luchando en el bando rebelde del este de Ucrania, un acto de homenaje fue organizado por sus excompañeros antifascistas de la comunidad hardcore. A pesar de que a dificilmente podían compartir sus más recientes ideas políticas. Debido a la percepción de los valores de “lealtad y amistad” de la comunidad hardcore, no ha habido mucho distanciamiento con Fatullayev, y su apoyo a los gobiernos de ultraderecha de Donetsk y Luhansk es simplemente “una opinión entre otras” en la escena.
El mayor problema en los comunicados de MDB, WWF y 210 es la falta total de un debate sobre las cuestiones de racismo y homofobia en el conjunto de la comunidad hardcore. La verdad es que muchas personas en la subcultura hardcore se han ido obsesionando cada vez más con “problemas” como la “islamización” y la “tolerancia” durante años, y Klowns de Kirov es sólo un ejemplo. Incluso si MDB y WWF no son parte del problema, es bastante extraño escribir como si este problema no existiera en absoluto.
En cuanto a Gryundik de 210, me pregunto si su entrevista ha sido descolgada por “malas interpretaciones”, o si lo fue por si las personas que organizaban sus conciertos en Europa occidental pudieran leer ruso y empezaban a hacer preguntas. Realmente me gustaría ver una declaración suya detallada aclarando las cuestiones exactas que fueron mal interpretadas en la entrevista.
Una explicación del crudo racismo anti-caucásico, abiertamente presente en la escena en el último par de años, es una reacción desinformada contra la subcultura agresiva entre los jóvenes caucásicos, que es bastante similar a la subcultura “Gopnik” de Rusia. Esta subcultura, bastante agresiva, es el equivalente aproximado de la subcultura chav británica, dirigido a cualquier joven que formara parte en las subculturas “occidentales”, fue generalizada en Moscú hasta hace 10 o 15 años, pero ha sobrevivido entre migrantes caucásicos. De vez en cuando hay encuentros violentos con representantes del hardcore y otras subculturas. Aunque las peleas callejeras entre subculturas juveniles son apenas un choque de civilizaciones, el otro lado de esta división son musulmanes y una parte sustancial de éstos simpatiza con la insurrección islamista en curso en el norte del Cáucaso.
En la escena hardcore rusa hay gente de la mayor diversidad étnica y trasfondo religioso que en cualquier otra escena europea occidental y de la mayoría de las escenas, si no todas, de las ciudades de Estados Unidos. Hay un montón de gente de raza blanca y origen musulmán en las bandas y entre el público, que no se ven representados al ver “imágenes de caucásicos con ropa de diseño” como las que utiliza “210” en sus folletos y otras representaciones. Esta tensión se encuentra principalmente entre subculturas más que entre nacionalidades o religiones, sin embargo la manera en que “210” y sus aliados presentan el problema es evidentemente racista y debe abordarse, ya que su enfoque abre fácilmente las puertas a problemas aún mayores.
Como por ejemplo el reciente caso de Dimitry Prakhov, de 20 años de edad, de la escena hardcore de San Petersburgo, que se enfrenta a cargos de asesinato por apuñalar hasta la muerte el 13 de marzo de este año a un joven de 18 años de Daguestán, Mihail Saygidaliyev. Al parecer, Prakhov y sus amigos regresaban a casa después de un concierto, cuando Saygidaliyev y sus amigos les confundieron con un grupo de nazis. En la lucha resultante, Prakhov sacó un cuchillo y mató a Saygidaliyev.
No puedo decir quien clavó el cuchillo primero, y es posible que el de Prakhov sea un caso legítimo de defensa propia. Pero también es posible que los puntos de vista anti-musulmanes y anti-caucásicos generalizados en la comunidad hardcore influenciaran estos sucesos. Prakhov fue también uno de los administradores de “Mojahideens and skinheads”, una comunidad de vk, el equivalente al facebook en ruso, lo que abre una ventana a la compleja mentalidad de la relación entre esta subcultura y el islam.
A primera vista, se trata sólo de chavales subculturales haciendo chistes que presentan el Islam de una manera demasiado simplista. Pero al mirar más de cerca también hay intentos de entenderlo, así como una clara fascinación. La subcultura skinhead es una reacción ultra-masculina a varias crisis que la masculinidad ha enfrentado en el mundo occidental (y ruso). No es de extrañar que se esté fascinado por ISIS y otros tipos de fundamentalismo islámico, que también son ultra-masculinos. Es bastante común en Rusia, tanto para nazis y chavales hardcore escuchar a músicos islamistas como el bardo checheno Timur Mutsurayev, y no es nada raro que la gente de ambas escenas, la nazi y la hardcore se conviertan al islamismo radical.
Nada de esto es una justificación para las crudas y primitivas imágenes anti-caucásicas utilizadas por “210”. Pero uno debe entender que aunque la “islamización” de Rusia es una amenaza tan imaginaria como lo es en Europa occidental, te podrías encontrar fácilmente en problemas en las calles de Moscú con algunos musulmanes si fueras un chaval subcultural. Por desgracia, como la comunidad hardcore está a la deriva cada vez más lejos de cualquier tipo de participación política o social, no hay un análisis adecuado de estos problemas y el único camino que queda para hacer frente a “problemas” como el Islam y la competitividad con las subculturas musulmanas son los estereotipos primitivos y racistas.
El enfoque anarquista internacionalista sería la unidad de la juventud de todas las subculturas contra el Estado y el capital, pero debido al éxodo del hardcore de la política, la única cuestión pendiente es que pandilla mandará en las calles. Esto sólo deja la posibilidad de más violencia sin sentido y muerte. Y este camino ha sido el elegido incluso por muchos “anarquistas”, tales como “Acción Autónoma-social revolucionaria”, que publicó un comunicado haciendo énfasis en la nacionalidad de la víctima de Prakhov (aunque acabó borrándolo) en su página vk.com. Este es un grupo que se separó de Acción Autónoma en el verano de 2013 por razones personales, pero finalmente tomó una postura contra la lucha contra la homofobia y el sexismo.
A pesar del hecho de que las declaraciones de WWF, MDB y “210” no muestren el más mínimo interés en debatir estos problemas, obviamente también hay aspectos positivos en ellos. Por ejemplo, esta es la primera vez que me he dado cuenta de “210” ha tomando una clara posición antihomofoba.
La razón principal de que la escena hardcore de Moscú esté retrocediendo desde la alianza política es la desaparición de la amenaza nazi. Hasta el 2008 la gente de la escena estaban envueltos en la violencia clandestina anti-nazi, entre el 2008 y el 2012 también hubo participación en el movimiento de protesta, pero en estos días ninguno de estos dos está presente en Moscú. Mientras tanto, una buena parte del movimiento anarquista se ha subido al carro de la propaganda del Kremlin y, bajo la presión pública, rechazó las luchas contra el sexismo, la homofobia y el racismo. Por lo tanto, en lugar de empujar a la escena hardcore en una dirección más radical, estos anarquistas que todavía forman parte de ella están o bien haciendo la vista gorda o alentando sus deficiencias.
No importan las omisiones y los problemas del enfoque elegido por la “Antifascist Subculture Worldwide” creo que es un buen punto de partida para un debate muy necesario. Pero como anarquista, debo decir que WWF y MDB son algunos de los elementos de la subcultura hardcore que tienen más sentido en una situación bastante deprimente, y por lo tanto el artículo de “Antifascist Subculture Worldwide” se ha equivocado de objetivo.
Aún así, me temo que mientras que la comunidad hardcore de Moscú no se enfrente a ninguna amenaza exterior, como lo fue la amenaza nazi hasta alrededor de 2011, o una amenaza, como las autoridades están planteando en Bielorrusia actualmente, se volverá cada vez más contra sí misma. Habrá más y más extrañas posiciones sobre temas como el racismo y la homofobia y cualquier intento de plantear un debate y formular una crítica entorno a estas cuestiones suscitarán cada vez menos entendimiento.
Antti Rautiainen
1. Se identifica este color a las personas que apoyan tesis imperialistas pro-rusas abanderadas bajo un supuesto antifascismo
https://adoquin.org/sobre-el-racismo-en-la-subcultura-antifa-y-hardcore-rusa